Este pasado fin de semana, para mi sorpresa, jugué los tres días a cosas bastante interesantes (aunque casi todas ellas las conocía). Lo bueno fue que logré jugar con familia y amigos noveles a cosas más "avanzadas" de lo que cabría esperar con este tipo de compañeros de juegos. Definitivamente, decidí hace ya tiempo mostrar a la gente que desconoce el mundo y que se interesa por él juegos serios desde el primer momento y no intentar allanar el camino empezando por partys u otro tipo de juegos de los llamados "introductorios". Mi política actual es (probablemente cambie en breve, por eso digo "actual") empezar por cosas serias y así o se enganchan o me queda bien claro de primera hora lo que no puedo sacar (de ese modo ni insisto ni me decepciono).
Pero todo salió bien, como digo:
1) El viernes (tarde de jugones) en presencia de Javi 1, Javi 2 y Pablo saqué:
Este magnífico juego siempre funciona y por eso no puse impedimento alguno en sacarlo. Lo pidió uno de los Javis, porque ya lo había jugado antes, y ya sabéis a veces la obsesión que tienen a veces los noveles (a Javi lo estoy introduciendo en el mundillo desde hace meses) con repetir juegos que conocen, porque así creen que tienen más opciones de ganar. A mí me hace gracia porque yo no tengo esa obsesión en ganar y no me importa perder (a fin de cuentas, en una partida de 4, 5 ó 6 participantes es bastante difícil quedar primero, ¿no?), y por contra, lo que más me ha gustado siempre es probar juegos nuevos cada vez (al menos uno de los sacados en la sesión, cosa que últimamente consigo poco), gusto que es poco compartido a veces. A mí me motiva tener que aprender sobre la marcha y en una sola tarde varios reglamentos; es lo que me resulta más divertido de esto de jugar: el reto de aprender un sistema, de "descubrir" el mecanismo del juego; una vez descubierto, la gracia está presente, pero de otro modo. En cualquier caso, el juego funcionó, y muy bien, aunque hicimos algunas cosas negligentes que propiciaron que el que había propuesto el juego ganara. Una de ellas fue no regar. Nadie quería hacerlo, argumentando que "¿para qué voy a regar, para que plante otro?", y con este argumento perruno, el que iba en cabeza, al haber comprado la carta de banco que le daba 2 puntos por la cara en cada ronda se disparó mucho porque el juego se alargó demasiado (al no plantar casi nadie) y ya apenas hubo manera de darle caza. Llegamos a la conclusión de que conseguir esa carta era una tochada de difícil combate (aunque estoy seguro de que no es una estrategia ganadora de necesidad, aunque esta vez lo fuera: me quedé segundo a pocos puntos, sin tener esa dichosa carta). El juego también dio a conocer una actitud que ya he visto repetida varias veces en este tipo de euros: cuando alguien se dispara, nadie quiere perder su turno (o parte de él) en putear a esa persona; parece ser que todo el mundo decide innatamente ir a lo suyo, arañar puntos como pueda, evitar retrasar al que va en cabeza arriesgando puntos uno mismo, y todo con objeto de al menos quedar segundo o no quedar el último. De nada sirve argumentar, tras la partida o durante ella, que hay que trabajar juntos para joder (al menos momentáneamente) porque si no uno se dispara demasiado y ya nada se puede hacer sino esperar a que la pesadilla se acabe... En fin, algo que pasa en varios juegos y que es difícil de combatir (llega a ser gracioso, pero la verdad es que no siempre lo es, porque convierte la partida a algo solitario y quizá un poco ruin...). Muy buen juego, como digo, que encanta a todo el mundo y que no es tan conocido como debiera, creo yo. Acabo de adquirir la expansión que venía en el Ystari Box, de modo que espero darle aún más rejugabilidad de la que ya poseía.
Genial filler que para mí funciona como un reloj y que sin embargo no gusta a todo el mundo. Es rápido, sencillo de explicar y de jugar y muy rejugable. Para meterle mano tan sólo hace falta saber sumar, restar y tener unas mínimas dotes de percepción. Te obliga (como el Jungle Speed) a estar todo el tiempo en tensión y a no bajar la guardia, porque como te despistes aunque sólo sea 2 segundos te matan y se acabó la posibilidad de sobrevivir al tiroteo. Está barato por ahí y merece mucho la pena tenerlo en la estantería para esos momentos en los que no cabe plantar una tochada delante de las narices... En esta ocasión el otro de los Javis sufrió lo indecible con este juego por no ser su tipo. Qué curiosa escena es esa en la que todos disfrutan y rien y se chocan las manos y brazos mientras uno espera impaciente a que se acabe la partida para jugar a otra cosa, jajaja.
Este juego lo probé en las II Jornadas Lúdicas CMCM de Jerez, y me pareció un gran invento. Lo volví a probar un mes después, en casa de un amigo, y me volvió a encantar. Un día lo vi en la Dracotienda y decidí finalmente comprarlo, a pesar de que lo tienen varios de los de mi grupo de aquí. Y este día estrenamos mi copia. Fue una partida intensa y divertida, jugada a cinco, a su máxima capacidad. Es el último juego de los
Rondel Series, de Mac Gerdts, el que se supone que está más pulido (es el cuarto juego que usa esta mecánica base). Es esencialmente, un juego económico y de exploración que gustará muchos a los amantes de juegos de gestión de recursos y monetarios. Sin embargo, en esta partida (la tercera) detecté ciertas cosas que no me gustaron, y ahora el juego está para mí en "cuarentena". Lo primero es que noté que ciertos jugadores efectuaban de manera reiterada unos combos que, para mi sorpresa, siempre les salían bien (obviamente negligencia nuestra, que les dejábamos hacerlos sin poner ninguna traba). Concretamente, un jugador procesaba mucho oro, y el otro el en cuanto llegaba su turno vendía mucho oro, con lo que entre los dos se forraban a costa uno del otro. Lo malo es que uno de ellos sacaba más réditos de esta acción que el otro, que se dio cuenta tarde. La cuestión es que manteniendo esa dinámica uno de ellos ganó de calle y no pudimos hacer nada para evitar su disparo (principalmente porque el que hacía de comparsa no lo hizo tampoco). Sin embargo, esto no rompe el juego ni desvirtúa las estrategias; lo único que no me gustó es que algunos participantes siempre cayeran en las mismas casillas del rondel, sin modificar en absoluto su estrategia a lo largo de la partida (y eso no pasa tanto en Imperial, por ejemplo, donde sí has de modificar tus actos dependiendo del pais que controles y de su nivel de desarollo). Esto me lleva a lo segundo chungo que noté en el juego: se me hizo un poco repetitivo. Y mi novia, que usualmente juzga con bastante coherencia los juegos, me dijo: "falta algo en el juego, pero no sé lo que es". No obstante, me sigue gustando y echaré más partidas, intentando hacerlas a menos jugadores (a ver si con eso mejora el
downtime, por ejemplo), para confirmar o refutar estas impresiones que he tenido. De todas maneras, sigue siendo muy recomendable.
2) El sábado teníamos invitada novata y para la ocasión decidí sacar un juego muy sencillo que le mostrara las posibilidades del mundillo:
Se ha escrito hasta la saciedad de este juego. Yo no ayudaré a encumbrarlo más. Muy al contrario, aprovecharé para comentar que no entiendo por qué está tan valorado. Fue uno de los primeros juegos que yo probé, hace año y medio, y m epareció en su momento tan tocho que lo clasifiqué como "uno de los grandes" que genera partidas de 3-4 horas supersesudas. Lo volví a probar justo un año después (en casa de Oca) y me decepcionó un poco al constatar lo tremendamente sencillote y tontuno que es. Algo debe estar cambiando en mi actitud lúdica en los últimos meses, porque juegos que antes me parecían obras magnas ahora los reviso y me resultan decepcionantes y diferentes, y no entiendo cómo me causaron tan grata impresión la primera vez. No es que el juego sea malo, por supuesto, es sólo que, tal y como constaté de nuevo en esta tercera partida el fin de semana pasado, es tan soberanamente sencillo y falto de profundidad que no entiendo cómo es posible que sea de los juegos más valorados del mundo (según el ránking de BGG, claro). El juego sólo tiene una subasta, después una compra de recursos, y finalmente una construcción de centrales en las diferentes ciudades. Lo cual implica pocas decisiones a tomar (según mi opinión), y muchas de ellas sencillas. Si tienes suficientes centrales, pasas de la subasta y compras recursos de sobra para joder a los demás poniéndolos más caros, y el dinero que te sobra para comprar casas. Si no tienes suficiente poder de abastecimiento, pues compra una central, después recursos los que puedas y planta casas si puedes (y si no, te dedicas sólo a subasta y plantas dos casas o tres en el siguiente turno). La prueba de que este juego es sencillísimo es que uno de los participantes no había jugado más que a Monopoly (y hacía tiempo) y se desemvolvió perfectamente, y todos los que jugaron dijeron al final que era un juego MUY sencillo de jugar.
Será sencillamente que ya me estoy hartando de cosas sencillas. Aunque ya digo que el juego no es malo en absoluto.
Un ejemplo de lo que quiero decir (para que no se me malinterprete): un juego tochísimo para mí, infravalorado, y con una mecánica magistral es el King of Siam. Poca gente lo conoce, y los que lo conocen huyen de él como de la peste al enterarse de que es de mayorías (y no sé por qué he detectado que es una mecánica que no suele gustar por lo general). Sin embargo, la cantidad de cruciales decisiones que este juego intermedio obliga a tomar lo he encontrado pocas veces en un juego de su nivel. Pues nada, el Alta Tensión encumbrado al puesto nº5, y el King of Siam en el 237 (que no está nada mal, después de todo).
No obstante seguiré jugándolo, porque es bastante divertido (aunque no satisfaga mi apetito de rompecabezas, jeje).
El resto de la tarde lo dedicamos a echar otras 3 partidas a Adiós, Amigos, ese filler tan útil y satisfactorio, del que no me desprenderé jamás.
3) El domingo, como es habitual últimamente, quedé con mi hermano mayor (al que estoy introduciendo en esto) para echar unas partidillas. Lo gracioso es que él, sin haber jugado a nada en 20 años lo menos, está siempre dispuesto a jugar, y no sólo a diferentes juegos, sino a repetir uno en concreto hasta la saciedad, para ir profundizando en él. Como yo tengo apetencias distintas (probar siempre juegos diferentes) a veces chocamos en la elección de los juegos a sacar, pero siempre terminamos jugando más rato que cuando quedo con otras personas. Ese domingo jugamos a:
-Le Havre:
Era el primer juego de "gestión de recursos" y de "búsqueda de comida" que probaba, y la verdad es que le encantó. Y estoy seguro de ello porque, mientras normalmente sus turnos son rápidos (lo cual agiliza mucho nuestras partidas) en este juego adoleció de un análisis-parálisis que ni yo mismo en mi época chunga. Sobretodo en los dos últimos turnos del juego, me dio tiempo de ir al servicio y de merendar mientras calculaba mil y una posibilidades para intentar superarme con sólo dos acciones en cuanto a puntos de victoria. Finalmente gané yo (pero por muy poco), y el ser su primera partida, y mi cuarta, me hizo ver claramente lo bien que había jugado y lo difícil que me lo había puesto.
-To Court the King:
Juego de dados divertido y adictivo como pocos, con cierto factor azar pero muy controlable, que siempre funciona con toda la gente con la que lo saco (salvo con Darko, al cual le pareció un excremento puesto al Sol, nunca sabré por qué). Lo jugamos a tres (se incorporó la robopilingui), y sólo noté que los entreturnos se hacían un poco largos, de modo que me imagino que el juego será óptimo a 2 jugadores. Para el que no sepa de qué va, se busca construir una combinación de dados que te permita comprar una serie de cartas disponibles, que pueden en rondas posteriores modificar los resultados de los dados, con objeto de alcanzar al final del juego la mejor combinación posible (el mayor número de dados iguales de mayor valor). Gran juego por tanto, muy recomendable y tremendamente rejugable por la cantidad de combinaciones posibles de cartas que modifican los resultados de los dados.
Después terminamos la sesión echando una apoteósica partida a 51st State, pero sobre este magnífico juego ya hablaré en mi próxima entrada...
Cuánto tiempo desaparecido!! Bien por tu vuelta.
ResponderEliminarYa contarás qué tal el 51st state, me interesa!
Saludos
Esto es sencillo de explicar: coge 8 dados, tíralos 53 veces seguidas. Sí, sí, 53 veces, no te cortes. Da igual los resultados. ¿Ya? Enhorabuena, acabas de jugar una partida a "To court the king" XDDDD
ResponderEliminarDale duro al blog que se te echa de menos por levante!