lunes, 12 de diciembre de 2011

Partidas debajo del Acueducto (y II)

Termino relatando brevemente lo poco que jugamos más la pasada semana, concretamente el fin de semana, que se suponía que sería el núcleo duro de las vacaciones. Para mi apetito lúdico natural, jugamos menos de lo deseado pero también aprovechamos el tiempo para hacer otras cosas más sociales, de modo que lo poco a lo que le metimos mano fue:


Lo que se suponía que iba a ser el plato fuerte del fin de semana lo acometimos cuchillo en mano el viernes tarde en casa de bucanan, que se sumaba a la orgía de maratones este día. Pensé en este juego porque éramos cinco personas (becaud, Pablo, bucanan, alucard y yo), número ideal para el mismo, y porque yo ya había comentado más de una vez que lo tenía, y el hype que lo acompaña había ayudado a que se quisiera estrenar.




Lo había fabricado hacía más de un año, a raíz de los archivos que encontré en laBSK (varias personas se dieron un curro importante para reunirlo, maquetarlo, traducirlo, etc), y nunca antes había surgido la oportunidad. Pero el resultado no fue el que se esperaba. Yo ya lo había probado con la copia de otro amiguete en la Bibliokedada pasada, y me había gustado bastante.

Es un juego de subastas en apariencia sencillo (sólo hay que hacer una acción en tu turno: comprar carta de traición o de tropa, sacar a subasta una carta de ciudad o iniciar una guerra), pero de esos que mientras estás jugando no sabes qué diantres se supone que has de hacer o qué estrategia seguir, porque, como ocurre en Imperial (al que me recuerda bastante, en esta sensación, no en mecánicas), tú en realidad no eres una de las ciudades que se da de hostias en este periodo tan ajetreado de la historia italiana, sino un "inversor" o Condottiero, que se presta como mercenario que es a participar en las batallas no necesariamente para hacer que crezca el poder de una ciudad concreta, sino para ganar quizá el dinero que proporciona la misma porque defiendas sus intereses (aunque luego pierdas la batalla adrede porque quizá no te interesa o no puedes comprar las cartas de esa ciudad (al estilo de los bonos del citado Imperial). El juego, por tanto, va de competir por ser el más perro viejo que logre enfrentar a las ciudades adecuadas para ganar más dinero con el que comprar más cartas y de paso, si puede, subir el prestigio de las ciudades que den más puntos al final del juego (las cartas de ciudad que compras a lo largo del juego se revalorizarán al final de la partida cuando se les adjudique una cuantía de puntos de prestigio derivada de la posición relativa de las ciudades correspondientes en el track de prestigio).

El juego no funcionó, creo yo, por ser poco intuitivo, y por esperar quizá mis compañeros una gestión de recursos o algo similar. Quizá no se esperaban que fuera un sencillo juego de subastas con más dificultad de lo que aparentaba. A mí sin embargo, me confirmó que era uno de esos juegos difíciles de dominar, bastante curioso y que genera actuaciones imprevistas y divertidas (compro bonos de una ciudad, y luego pujo por ser el mercenario que la defienda para únicamente cobrar lo que paga y hacerla perder al tener pocas tropas yo y que por tanto baje de prestigio y comprar bonos más baratos, y luego intentaré subirla de nuevo, para que se revaloricen, etc). Tengo la esperanza de volverlo a sacar y exprimirle un poco más de jugo, quizá con otro ambiente más propenso al faroleo o a la ambigüedad intencionada. Me gusta porque no está claro lo que hacer, y eso precisamente es lo que me intrigaba en las primeras partidas a Imperial (uno de los mejores que yo tengo, para mi gusto).


Ya en pleno SABADO, logré sacar este juego al que le metía mano por segunda vez desde que le limpié el polvo hace mes y medio, esta vez con las reglas bien afianzadas y con más gente (estuvimos en casa de becaud, con él mismo, bucanan, Pablo y yo). Como ya hablé de él hace poco, sólo diré que esta partida fue un poco más larga, más emocionante, mucho más ajustada y para mí más divertida. He de decir que tampoco causó furor entre mis compañeros (aunque no les desagradó), y creo que fue por habérselo vendido previamente como un "Puerto Rico en el espacio". Para mi sorpresa, no le encontraron el parecido, y creo que se debió a lo diferente de los roles, estando en aquél más relacionado con la gestión de recursos pura, y en este que nos ocupa sin embargo con la guerra y el movimiento.

Me sorprende que no sea más conocido el jueguillo porque como 4X sencillote que es (no es 4X estricto, pero a mí me gusta llamarlo así), puede servir como introducción edulcorada hacia juegos de guerra más estratégicos y temáticos.




La interacción al menos es bastante patente, sobretodo en la segunda mitad de la partida, donde la expansión de cada uno hace que las tropas se vayan encontrando en los planetas que se van descubriendo y que por tanto se compita por ellos pegándose leches... ¡Y todo ello con las mecánicas del Puerto Rico! La verdad es que con este juego y con el Resident Evil los astros me están haciendo un favor y están rediseñando las mejores mecánicas que hay en temas que me atraen mucho más que los originales, jajaja.

Un juego interesante, que no me atrevería a llamar wargame pero que para iniciarse en la interacción pseudo-euro viene bien, y que cubre el nicho que para mí queda vacío en cuanto el porcentaje de euros puros y abstractos se vuelve tóxico para los que nos gusta la variedad lúdica. Menos mal que aún soy novato en esto, que si no me parecería sencillamente una mierda copiada y demasiado simple...


11) Más Menos:
Tras el plato fuerte de este SABADO, nuestro amigo becaud desempolvó su juego, diseñado hace ya algún tiempo y del que nos había hablado en varias ocasiones sin haberse atrevido a enseñárnoslo (o, sencillamente, porque no había surgido la oportunidad de sacarlo). Muchas veces ocurre que, como tenemos tan poco tiempo para jugar, preferimos sacar tochos y echar media tarde con ellos que "perder el tiempo" probando fillers que, por muy bien que puedan estar, no nos apetece que se coman mucho tiempo. Como habíamos jugado mucho esta semana nos pareció el momento ideal.

Se trata efectivamente de un filler de cartas en el que el objetivo final es descartarse totalmente tres veces (el que lo haga antes, gana). La idea es sencilla y a la vez curiosa, de esas que siempre te dices que a ver si se te ocurren a ti: las cartas van del 1 al 10, y llevan asimismo un signo más o uno menos bajo dicho número. Cuando juegas una carta, el número indica la posición del siguiente jugador que le toca jugar carta, y el signo indica si esa posición se cuenta desde ti hacia la derecha (+) o hacia la izquierda (-). El signo, además, sirve para indicar al que va a jugar que debe jugar un número mayor (+) o menor (-) al jugado. Si éste no lo consigue (por no tener carta adecuada en la mano), ha de robar del mazo en número, la mitad redondeando al alza de las cartas que hay depositadas turno tras turno sobre el centro de la mesa.
Hasta que no se juega, la idea no dice nada, pero cuando estás en la partida ves el sentido. El preveer rápidamente quién va a jugar carta hace que puedas hacer combos en los que te descartas primero de una carta, te das a ti mismo la vez y vuelves a soltar otra, y luego le pasas un marrón al que crees que no tendrá con qué responder. Por ejemplo, tirar un 2/- obliga al que está dos puestos a tu izquierda a tirar un 1/+, lo cual es muy difícil. En definitiva, un jueguillo curioso y entretenido con el que echar un rato para desengrasar entre partidas más tochas y más objeto de la sesión en curso.

Espero que becaud tenga suerte con él si lo presenta a algún concurso más, y por supuesto, si he explicado algo mal, eres libre de aclarar más reglas en los comentarios ;)


Para terminar el día (nos recogíamos temprano para hacer otras cosas), becaud nos sacó otro filler, esta vez comprado (de oferta, además) que me hizo bastante gracia y que no sé si conocéis. Es un sencillo juego de cartas para ejercitar la memoria, aunque llamarlo juego incluso sería osado porque en realidad es un ejercicio mecánico memorístico sin interacción ninguna (tipo Set, aunque mucho mucho más fácil) que sin embargo me agradó lo suficiente como para pillarlo si lo veo alguna vez barato por ahí.




El mazo de cartas de robo va del 0 al 10, creo recordar, y hay un segundo mazo (el de isla) que tiene todos los números entre el 10 y el 30. Cada uno empieza con tres cartas del primer mazo, y una carta de isla que muestra a los demás y que después oculta. Los jugadores, por turnos clockwise, van jugando una única carta que se va sumando a las que se han tirado previamente, cantándose cada vez el número por el que se va. Si el número cantado coincide con alguna de las cartas de isla que alguno de los jugadores tiene en su poder, el jugador en concreto lo manifiesta, y el que jugó la carta se lleva una carta de "metedura de pata". El que llegue a 3 meteduras de pata pierde (no hay ganador, entonces). Lo gracioso es que las cartas se van sumando y cuando llegan y sobrepasan el 30, las siguientes que se echen van disminuyendo el número, ocurriendo lo contrario cuando el número llega y pasa el 10. Cada vez que uno de estos fenómenos ocurre, el jugador sentado a la derecha del que ha provocado esa situación roba una carta más de isla, que enseña a los demás y después oculta. De este modo, cada vez hay más cartas que recordar de entre 10 y 30 que pululan por ahí y que hay que tener en cuenta para las sumas, lo cual lleva a que cada vez sea más difícil el saber si la carta que jugarás provocará una "metedura de pata" o no. En fin, un juego sencillo que me resultó divertido, diferente al anterior pero lo suficiente gracioso y diferente como para merecer estar pillando polvo en una estantería y ser sacado una vez al año (o cada dos).


Y esto es por fin todo lo que dio de sí la semana. ¡Ah, no!, se me olvidó reseñar que el SABADO previo, el 3, le enseñé a bucanan los magníficos Through the Ages y el Thebes, que le gustaron, por supuesto. También dio tiempo de jugar una de las noches con mi novia a Terra Prime, en plan testeo, pero eso lo dejo para una siguiente entrada exclusiva, porque el jueguillo me ha gustado, la verdad.

Eso da una suma de 17 partidas en 9 días de megapuente, y trabajando además. No está mal, ¿no?

Nos vemos en las ondas...

2 comentarios:

  1. Que envidia de puente.
    Yo en 9 dias y trabajando sólo he echado dos partidillas el Martes. Es lo malo de ser de los que no tienen puente y estar rodeado de suertudos.

    Gran reseña de sesión. Me ha picado la curiosidad un poco más con el Galactic Emperor

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  2. He de decir que esta macro-kedada se produjo después de semanas de jugar lo justo. Fue como concentrar las partidas de dos meses en 9 días (literalmente).

    A ver si te gusta el Galactic. Es poco conocido cuando para mi gusto, mejora una mecánica muy buena convirtiéndola en interactiva de verdad.

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