miércoles, 14 de marzo de 2012

Rejugando cosas

Pues nada, que últimamente hemos estrenado poca cosa (sólo un juego, lo cual ya es raro en nuestras sesiones), a pesar de ser muchos y tener tiempo de sobra para preparar reglas. El problema fue pillarme el primer smartphone de mi vida la semana pasada y haber andado pillado con la tontería bastantes provechosas tardes. Había como consecuencia muchas suculentas reglas en cola que ahora tendrán que esperar mejor ocasión para implementarse sobre la mesa a través del cartón y el plástico.

A pesar de este inconveniente, hemos podido reunirnos cuatro veces esta última semana, pero hemos tenido que echar mano de viejas glorias para intentar agradar a la compañía, lo cual ha sido posible en mayor o menor medida dependiendo de gustos y apetencias.

Lo jugado ha sido:



VIERNES:


1) Finca:
En casa de bucanan nos juntamos 6 personas (el propio bucanan, Pablo, alucard, Santi, la nueva novia de Pablo, y yo), y como no habíamos traído nada para 6 decidimos partirnos en dos. En una de las partidas, Pablo nos explicó de nuevo este juego, al que yo ya había jugado.

El tablero, antes de empezar la faena

Para el que no lo conozca, el juego es de tipo medio, de hora y media aproximadamente de duración, de reglas sencillas y de ejecución rápida, aunque con importantes decisiones que tomar que lo vuelven todo lo sesudo que uno quiera tomárselo. Como yo cada vez estoy más quemado de euros, este juego no me impresiona, pero la verdad es que funciona muy bien en el sentido de poder implicarte en el grado que quieras en sus mecánicas. Mis compañeros de partida daba la impresión de que pensaban cada posible jugada, dedicándole más neuronas al proceso; yo en cambio me centré en pasármelo bien y no paraba de hacer comentarios y bromas, como no tomándome muy en serio el juego. Quizá fue por suerte, pero al final gané, aunque creo que por poco, lo cual me llevó a argumentar en voz alta que a veces estos juegos, por muy sesudos que sean, dan la impresión de ser caóticos, porque en ocasiones gana el que menos se sabe las reglas o el que menos atención le presta a los detalles. No sé si esto será verdad, pero la impresión sí que me la da muchas veces. ¿Y a vosotros? 



Por otra parte, el juego tiene la siguiente mecánica: hay una espacie de rondel en un extremos del tablero formado por piezas colocadas al azar al comienzo de la partida, y se colocan sobre ellas, en el setup inicial, hasta 4 muñecos de nuestro color. Después, el turno de una persona consiste en decidir si compra mercancía o si mueve su muñeco en el sentido de las agujas del reloj sobre el rondel, consiguiendo cierta cantidad de mercancía. En este segundo caso, el muñeco mueve tantos espacios como peones haya en total en la casilla donde se encuentra el que quiere mover, y una vez que llega a la casilla de destino, se lleva de la reserva tanta mercancía de la que hay dibujada en ella como peones haya en esa casilla. Con las piezas de fruta que así se recoge, cada jugador decide qué loseta de mercancía (combinada o no) compra en un determinado turno en el que ha decidido no mover. AL final, el que consiga más puntos a raíz de lo mercadeado, gana.

Como veis, es un sencillo juego pick up and deliver, bastante entretenido y con esa mecánica de rondel que tanto recuerda al mancala de Trajan. Recomendable para aquellos que busquen un juego familiar con su grado de sesudismo voluntario...


En la otra mesa, mientras, jugaban a este jueguito, y me pidieron sustituir a Santi cuando se tuvo que marchar, pues la partida se les había ido de las manos (yo ya había terminado de jugar al anterior partida). De modo que me metí en medio de una gestión no muy óptima de los palacios de mi predecesor, debido a que era su primera partida. A pesar de la mala gestión recibida de herencia (al estilo zapaterista), conseguí remontar un poco y no quedar el último, pero fue imposible alcanzar a bucanan, que a sus espaldas tenía el antihandicap de haber echado numerosas partidas por internet.



La cosa, justo cuando entré a jugar (sí, me dieron el color morado...)

Un gran juego que no envejecerá y que es de los que mejor mezclan la sencillez de reglas con la profundidad de estrategias posibles, al menos para mi gusto. Además, es de los pocos euros que aún me fascinan a pesar de mi giro al lado oscuro de los últimos meses (cada vez me tiran más los temáticos y cada vez repudio más los abstractos euros), lo cual dice mucho a su favor.



SABADO:


Primera decepción importante del año. Este es un juego que llevaba demasiado tiempo en la estantería (año y medio o más), que había comprado muy esperanzado, aunque caro, y que me dio buenas vibraciones cuando me leí las reglas. Lo estrenamos el sábado, que nos habíamos reunido en casa 7 personas (bucanan, alucard, El Hetero, Pablo, la robopilingui, Santi y yo) por lo que tuvimos que separarnos en dos grupos (al no tener nada que no fuera un filler preparado para tanta gente). Los tres primeros se echaron un Ra glorioso, y después otro, mientras los cuatro últimos echábamos este juego (duró lo suyo el bendito).

Razas alienígenas y sacerdotes egipcios compartiendo el espacio y el tiempo como buenos hermanos

El juego prometía ser bastante divertido porque combina estrategia con supuestas dosis de cachondeo e interacción, pues basa su mecánica principal en los combates entre jugadores, con cartas. Decían por ahí que sus sólidas mecánicas habían perdurado durante tres décadas por alguna razón... aunque yo sigo intentando averiguar por cuál.

El marcador de colonias extrasistémicas

Cada jugador comienza con un sistema natal compuesto por cinco mundos iguales en los que tiene colonias propias (se empieza con colonias de cinco naves espaciales). El objetivo del juego es conseguir antes que los demás establecer 5 colonias en planetas de sistemas extranjeros. Para ello, el jugador en turno roba una carta del mazo de destino y debe tener un encuentro cósmico con el dueño del color que ha salido en la carta, en el planeta que elija el atacante. Una vez elegido planeta, el atacante debe decidir qué cantidad de naves procedentes de sus propias colonias lleva a la batalla, y después, primero atacante y después defensor, solicitan la ayuda de aliados para el encuentro, ofreciendo como recompensa una serie de contrapartidas que dependen de cómo se resuelva el combate. De este modo, si el atacante vence, él y sus aliados pueden establecer una colonia en el planeta atacado, y si por el contrario es el defensor el que resiste el embite, permanece donde estaba y sus aliados pueden robar cartas de encuentro o recuperar naves destruidas del vórtice central.

Los combates de hacen con cartas (en teoría, el juego original es en realidad un juego de cartas, o al menos eso es lo que parece tras jugarlo), poniendo cada contrincante una carta boca abajo, levantándose al mismo tiempo y resolviéndose el encuentro de un modo u otro dependiendo de la carta jugada (no voy a entrar en detalles).

Los planetas iniciales, los mazos de cartas

El problema es que cuando lo estás jugando, aunque la idea es buena, te da la impresión de que algo falla. La mecánica de los combates es curiosa, pues tiene su estrategia solicitar ayuda a unos sí y a otros no, o jugar tal carta o la otra en el momento adecuado, pero el juego tiene una cantidad de caos y de descompensación en determinados momentos que llega a darte la impresión de que en realidad el juego juega por ti y que tienes poco control sobre lo que pasa en la mesa. Me gusta el caos generalmente en los juegos, al menos sabiendo de antemano que lo hay, pero si ese caos no te deja llevar una mínima estrategia, o alguien por ejemplo lanza una cartaza que da al traste con tu elaborada línea de pensamiento previa, da la impresión de que no vale pensar sino dejarse llevar por los vaivenes del azar espacial. Y creo que para eso mejor jugar a otra cosa...



No obstante, le daremos otra oportunidad a cinco jugadores, a ver si con ello mejora la cosa y le veo algo de estrategia al asunto. Si no, me lo veo lanzado en alguna Mathtrade o vendido a algún jugón al que no le importe la aparente rotura del juego.


Tras acabar con los ánimos por los suelos debido al anterior juego (no gustó a ninguno de los cuatro, aunque sí entretuvo un poco), decidimos ir a tiro hecho y meterle mano al mejor juego de 2011 (ni Eclipse ni Trajan ni leches, el mejor es este y ya está, jajajaj... o al menos el más divertido sin duda). Lo jugamos a toda máquina, a cuatro, con amplios deseos de guerra y confrontación testosteronil. La cosa fue regular porque tardamos mucho en desarrollar tecnologías (al menos yo), y la guerra fría duró más de lo esperado, pero finalmente las puertas del infierno se abrieron y las diferentes colonias decidieron darse de hostias a pesar del prometido desgaste (era la única manera de acabar con los puntos siderales de victoria).



Como siempre, mi habilidad fue paupérrima y se me perdieron algunas naves en el frío cósmico, o no fui capaz de atacar convenientemente a El Hetero (cuando su blanco y borreguil cuello se mostraba ante mis fauces hambrientas) por lo que en parte desperdicié mi Battleship tocha y pesada, que al carecer de los suficientes apoyos no pudo desgarrar el tejido del espacio-tiempo como ella había siempre soñado. A pesar de eso, creo que quedé segundo y no me dieron mucha candela, por lo que salí contento de la experiencia.


Tras la magna partida anterior, y mientras la otra mitad seguía dándole a un Cuba descompensadísimo (al parecer, la robopilngui les estaba dando una paliza bestial a los otros dos) nosotros, a instancias de Santi (que hacía meses que no jugaba con nosotros), nos dejamos convencer sin mucha resistencia a este juego de cartas del que tan poco se habla y que ha supuesto para nosotros uno de los descubrimientos del 2011, pisándole los talones al Ascending Empires en cuanto a diversión y estrategia (a su nivel).



Cabe decir que este juego se lo hemos enseñado a bastante gente ya y que a casi todo el mundo ha encantado. Lo que sí hemos notado es un detalle muy curioso: encanta a los que les decepcionó Dominion en la misma medida que repugna a los amantes de éste. Creo que es un juego pasional que tiene su grandeza y su miseria en el caos y la descompensación que lo domina, que a diferencia de los otros juegos caóticos citados, es divertido y más estratégico, a mi parecer (más estratégico porque penaliza mucho más el no haber elaborado mejor y optimizado el mazo). Pero sobre esto ya mandan los gustos, obviamente...


Este juego de Orial Comas me tocó en las Joranadas de Jerez y, como vi al desprecientarlo que las reglas eran cortas, esa noche de sábado me leí uno de ellos sobre la marcha y logramos meterle mano, un poco informalmente, para ver lo que nos podía ofrecer.


Ni siquiera me acuerdo del juego que probamos (no tengo las reglas a mano) pero se trataba de construir más rápido que los demás la palabra más larga posible con las letras disponibles en las diferentes zonas del tablero, enlazando letras de zonas adyacentes. Alguien dijo que la mecánica le recordaba a Ricochet Robots, porque además tras 1 minuto de pensamiento, había que decir el número de letras conseguido y el que decía el más alto demostraba la palabra que había formado, sacando esas letras del tablero. La verdad es que a mí me gustó, y me animó a seguir leyéndome otras reglas (de las 50 disponibles) y a seguir probándolo en posteriores quedadas. A ver si sigue gustando.





DOMINGO:


7) Egizia:
Al día siguiente quedamos la robopilingui, Alfonso, El Hetero y yo, por lo que decidí desempolvar este juego al que llevábamos casi un año sin jugar y que tanto me ha gustado siempre. Es un euro de factura italiana, que me gustó cuando me lo enseñaron por su original mecánica abstracta de colocación de trabajadores según la cual puedes ir colocando barquitos a lo largo del Nilo y ejecutar lo que allí haya, pero siendo imposible remontar el río en tus siguientes colocaciones, lo cual te obliga a tomar duras decisiones en las que has de dejar escapar una maravillosa carta o casilla por no perder otra que quizá te haga más falta pero que está más arriba en el río.



Sin embargo, esta partida me dejó mal sabor de boca porque noté un cierto caos que no había percibido en mis dos anteriores partidas. Sobretodo noté azar en las cartas de objetivo que robas del mazo de la construcción Esfinge. Todos robamos aproximadamente las mismas cartas y al final de la partida, al comprobar lo que había logrado cumplir cada uno, nos dimos cuenta de que a unos nos había costado mucho trabajo cumplir unos objetivos que además daban pocos puntos mientras que otras personas consiguieron con mucha facilidad cumplir cosas que además daban mogollón de puntos. Como ejemplo, con 4 objetivos cumplidos tanto mi hermano como yo él sacó más del doble de puntos, dejándome atrás en el recuento final. Eso me dejó pensativo y no me gustó. Quizá una solución para que no pase esto sea no depender de esos objetivos e intentar pescar puntos por otro lado más seguro a lo largo de la partida. Pero me dejó no obstante un mal sabor de boca que me costará retirar...


Tenía muchas ganas de enseñarle a mi hermano este juego, y fue un completo fracaso, pues no le gustó nada y casi lo repudió ("otro juego al que no podemos volver a jugar", es su cantinela más usual...). A mí sin embargo me parece una obra magna como pocas hay. Pensé que la pureza de sus mecánicas abstráctamente temáticas, la calidad de sus intrigas guerreras, y los tejemanejes económico-políticos que supone le gustaría, pero se ve que esto de los juegos en ocasiones puede ser imprevisible y contradictorio. Creo que el problema fue que se le metió en la cabeza que él llevaba países y ya está, olvidándose de que el objetivo del juego es comprar bonos y revalorizarlos convenientemente. Se dedicó a quitarnos países a algunos (yo incluso me quedé sin pais, aunque sólo un turno), por lo que la experiencia de juego se fastidió bastante al aumentar en exceso los entreturnos (siempre le tocaba jugar a él...).

La disposición europea al final del juego

La verdad es que creo que 4 no es el número ideal de este juego, sino 2 ó 3, como ya he comprobado alguna vez.



MARTES:


Ayer martes quedé con tres compañeros de trabajo y la novia de uno de ellos (tras mucho insistir y estar detrás de ellos durante semanas) y les mostré este juego, tan inflado actualmente. Ya habíamos quedado anteriormente, de modo que ya tenían una idea de lo que les esperaría en casa (en la anterior ocasión jugamos, para abrir boca, a Ascending Empires, tras lo cual decidimos de mutuo acuerdo intentar reunirnos para pegarnos hostias una vez por semana). A pesar de ser 5, decidí mostrárselo porque querían un juego tocho (al menos la mayoría de ellos, entre los cuales me incluyo), y yo tenía que comprobar el funcionamiento de esta engrasada máquina a este número (por si eso me daba idea de si podría además funcionar a 6, pues muchas veces nos reunimos ese número).

Algunos de los interfectos

Tras una explicación corta de 45 minutos (que a ellos les pareció obviamente una eternidad) le metimos mano al asunto y me convertí por unas tres horas en instructor de vuelo a jornada completa, tutorizando cada movimiento, cada decisión a tomar, cada postura que mantener en la silla. Yo disfruto con estas explicaciones (al menos las primeras dos horas) pero desgraciadamente, como el juego petó bastante, me empecé a cansar tras tres eternos turnos, en los cuales el tiempo de espera era tan largo entre jugadores que algunos de ellos, a lo Homer Simpson, habían optado por dejar su cuerpo físico allí mientras sus pequeños cerebros se fueron volando al hiperespacio, aprovechando la wifi cuyo código estúpidamente les proporcioné cuando llegaron a casa. En otras circunstancias y con otros jugadores, me hubiera cabreado esta actitud y hubiera amenazado con guardar mi Scattergories si no se centraban en el juego, pero como estaba resultando denso y pesado incluso para mí, opté por ser permisivo (qué remedio, siendo algunos de ellos novatos en esto) y acelerar el final de la partida decidiendo terminarla en el turno sexto (además, uno de ellos se tenía que marchar).

Con todo, al final hubo hasta guantazos con la mano abierta y todo, aunque la Guerra Fría quizá duró demasiado como para disfrutarlo más intensamente. Hubo tres o cuatro combates en los que aprendieron a disparar los cañones y despedir al mono con platillos que los controlaba al principio, y gracias a eso asimilaron las reglas y nos prometimos volver a jugar con todo más claro y de ese modo más aprisa.

La novia de Josemi preparándose pa pegarles las leches a los ETs del vecindario...

Lo malo fue que de nuevo tuve la sensación de que el juego es demasiado azaroso y da la impresión de que por mucho que pienses y tengas una sólida estrategia, el futuro de tu raza depende de las losetas de tecnología que salgan, de las losetas de exploración que te toquen, de las fichas de prestigio que logres pescar de la de a bolsa negra, de las fichas de descubrimiento alienígena que te caigan del cielo cuando venzas a los Antiguos... Muchas dependencias del azar (para mi gusto) para estar en el puesto 6 del ranking de juegos de estrategia de referencia en el mundo jugón (BGG).

Pero sabiéndolo de antemano y asumiéndolo, quizá sea hasta disfrutable. Mas aún me hallo en la amarga tesitura de si venderlo o no...

Y esto es todo lo que he jugado en pocos días. Nueve partidas. Pocos estrenos, pero sana compañía. ¿Se puede pedir más? Yo creo que no.

15 comentarios:

  1. Cuanta chicha!!

    El Finca es como tú dices, un ligerito-medio que yo juego cuando se propone pero que no es un juego que goce.

    El Cosmic a mí me gusta mucho a pesar del caos total y el azar. Totalmente de acuerdo. Duración excesiva, de acuerdo. Pero cuidado, es un juego que depende muchísimo del grupo con el quelo juegues. Puede ser la hostia o puede ser un truño. Yo he gozado algunas partidas mogollón y me he muerto de asco otras. Por el grupo. Hay juegos que dependen más del grupo que otros.

    Asecending. Genial. Me parece lo mejor que ha salido en mucho tiempo.

    El año del Dragón y Egizia ahí están esperándome en la estantería desde hace mucho. Y se´que me van a gustar.

    El Ra es uno de los primeros juegos que vendí. No me apasionan las subastas y me pareció además un juego tontorrón.

    A pesar del hype, Eclipse no me llama. Y con comentarios como el tuyo no acabo de hypearme. Mejor.

    Verbalia no me llama y el Imperial me gustaría probarlo.

    No veas, como jugáis por ahí

    Saludos

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    1. Hola, ficha negra ;)

      Me sorprende que no hayas jugado a el Dragon y a Egizia. Son tan pepinos que, viendo lo que te suele gustar, creo que te encantarán. Son unos must have...

      Respecto del Cosmic, estaba para mí muy hypeado por mi pasión por la temática espacial, pero estoy pensando seriamente en venderlo. Aunque evidentemente dependa del grupo, siempre he pensado que si un juego es bueno, puede funcionar con más gente, y no sé si este es el caso. Pero gracias por el consejo.

      Y respecto del Eclipse, yo lo probaría si pudiera, que a mí al menos me está sorprendiendo mucho qu eesté gustando tantísimo. Algo debe tener àra que to el mundo esté que no cague con él...

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    2. Que conste que yo también me estoy planteando vender el Cosmic hace tiempo. Por dos cosas:

      1- porque un juego que dependa tanto del grupo (es decir, que la gente ponga de sí) no me gusta. Es el juego el que debe enganchar, creo yo.

      2.- Porque no puede ser que a veces me lo pase tan bien y otras tan tremendamente mal.

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  2. Cómo cundió la cosa no?

    A mí sí me atrae el Ra. Tpco soy de subastas, pero albergo la esperanza de q alguna vez encuentre uno que me guste, y con to lo que me gusta Knizia quizá sea Ra el elegido.
    El Cosmic tengo muchas ganas de jugarlo. Tal y como dice Mr. Meeple, este juego se nota q depende mucho del grupo, y creo q con mi pandilla principal este juego triunfaría.
    El Verbalia estuve a punto de pillarlo, pero se me desinfló el interés. Y en cuanto al Eclipse, otro que tpco me atrae lo más mínimo desde el principio. Y encima el hype hace que más aversión le coja. Aplaudo tus opiniones negativas. Que parece q el jodío juego tenga que gustar sí o sí.

    Un saludo!

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    1. Hola, quillo.

      Juegos de subastas yo te recomendaría encarecidamente: Evo y Offrandes. El primero es muy divertido y con una subasta muy cachonda; el segundo tiene unas subastas tela de agresivas y mu jodidas que te retan a hacerlo lo mejor posible, normalmente sin éxito. Cuando pruebes el Ra recuerda que tan sólo es una mecánica inflada, y le falta un juego que rodee eso y le dé forma. Si lo juegas sabiendo eso, no te decepcionará (y a mí me gusta bastante, a pesar de lo que digo).

      Un saludo ;)

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  3. El Cosmic no merece esa segunda oportunidad, de hecho cuanto más juegas peor es. Ahora crees que hay una estrategia oculta que no has pillado del todo, quedate con esa idea que si lo vuelves as jugar se caerá por su propio peso.

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    1. Por tu blog y por tus comentarios, cada vez tengo más la impresión de que tenemos gustos parecidos, lo que acrecenta mis ganas de coincidir contigo en alguna Jornada, jejej. Gracias por el consejo!!

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  4. No vea lo bien que os lo montais :D, entretenida crónica que además me da la oportunidad de conocer algunos juegos desconocidos para mi hasta ahora Saludos.

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    1. He echado un vistazo a tu blog y me ha recordado a aquellos lejanos tiempos cuando yo empecé en esto (en realidad, tan sólo hace dos años, jajaja), en el sentido del entusiasmo que uno tiene al descubrir este mundillo y ver poco a poco las posibilidades que implica.

      Un saludo y gracias por pasarte ;)

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  5. Madre mia que chorrazo de juegos!

    De los que comentas me quedo de calle con el año del dragón, que con una revisión estética ganaría adeptos a espuertas, el egizia, que es uno de esos euros que han pasado algo desapercibidos sin saber porqué, y el resident evil, que como bien dices, a nosotros también nos ha picado y mucho.

    Caso aparte el Eclipse, que estrené el otro día y me encantó, quizás por lo que comentas del caos y el azar, algo muy de los temáticos, pero que aquí creo que se combina muy bien con un apartado de gestión muy euro. Para mi es una mezcla casi perfecta de los dos tipos de juegos, y por esos está tan alto, porque gusta a ambos lados.

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    1. El Eclipse debe ser cierto que triunfa por esa mezcla explosiva, pero me dan unas tremendas ganas de meterle mano de una vez al TI3 para ver si es tan caótico como este Eclipse, pues si no lo es, vendo éste y con la pasta me compro aquél, que promete mucho más... aunque salga mucho menos a mesa.

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  6. Me alegra ver que al "Hetero" tampoco le gustó el Imperial, a pesar de esa mecánica wargamera. Si alguna vez se propone es un veto que puedo reservarme para otro juego :D

    Se te ha olvidado comentar el Alien Frontiers, que para mí fue un agradable descubrimiento. Una mecánica y reglas simples y una alta jugabilidad aderezada por el azar de los dados.

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    1. Es cierto, se me olvido el Alien Frontiers, y eso que tenía un par de fotos del mismo. Será porque no pude disfrutar de esa partida (y te anuncio, por si no lo sabías, que El Hetero odia también ese juego, como muchos otros... osea que te podrás reservar los vetos para cuando todos quieran jugar a Popular Front).

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  7. omg....que bien os lo montáis.

    Gran juego "In the year of Dragón", me encanta ese toque Feld en el que te tienes que planificar y cada vez sufres más. Recuerdo cuando estrené el juego, amigos míos con muchos prejuicios negativos por sólo mirar el diseño...maldit...grrrr

    A ver si puedo probar el deck Building del Resident Evil y comprobar que es superior al Dominion, al menos que permita más opciones durante el juego y no ir siempre a optimizar el mazo y pillarse monedas.

    Sobre el Verbalia ya he catado mucho juegos pequeños, está muy curioso la forma que tiene el manual para escoger un minijuego acorde a la situación y grupo. Un buen familiar.

    Sobre el Eclipse, que buen sabor de boca me dejó esa primera partida a pesar de tener un grado considerable de azar y no ser nada partidario de esto. En la medida de lo posible es un azar que intentas controlar o mejorar con la gestión de recurso de los Euros como bien ha comentado Kikaytete, estoy deseando de jugar una segunda partida.

    Un saludo y gran post!!!

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    1. El RE te advierto que, aunuqe muy divertido, quizá no te guste si eres muy fan del Dominion. Al parecer, desgraciadamente no son compatibles en la misma ludoteca...

      Prueba el Eclipse más veces, a ver si cambias de opinión o no. A mí me empezó a mosquear en la segunda y tercera partida. Y aún sigo valorándolo, porque no es un juego que se termine fácilmente en una tarde.

      Un saludo ;)

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