Visita a Homoludicus Castellón

Este fin de semana lo teníamos completamente libre y decidimos hacer una visita a nuestro amigo Chemo, el conspicuo diseñador de, entre otros, Banjooli Xeet, editado por Asylum Games este mismo año, y creador del conocido y entrañable blog Gaming with my Suegra, que lleva ya cuatro añitos en la nube.

Hace ya la friolera de 3 años (hay que ver lo rápido que ha ido todo) desde que dejé aquella lejana y tranquila tierra de Castellón (lugar en el que comencé a interesarme en este adictivo mundillo), y aunque nos hemos visto con relativa regularidad desde entonces, no quería dejar la oportunidad de visitar la tienda Homoludicus que Diego y su novia han abierto en la ciudad, ya que no pude estar en la reciente apertura.

Chemo está en su momento más entusiasta lúdicamente hablando y nos apetecía comprobar de primera mano la vitalidad de su propuesta, los contenidos que ofrece y el relato de la aventura que ha supuesto este nuevo capítulo en su ludofilia personal, jeje. Sin duda este es su año, al coincidir astralmente la publicación de uno de sus juegos con esta apertura tan prometedora y entusiasta. ¡¡Mucha suerte en tu nueva andadura, Diego!!

De la tienda nos gustó su ambiente familiar, su estimulante colorido (geniales esos colores vivos y variados de las paredes) y la variedad de juegos disponibles. Convierte la visita en obligada cuando un jugón pasa por la ciudad.

No dio tiempo de jugar a mucho porque la idea no era esa, si no reencontrarnos en la tierra en la que nos conocimos, pero sí hubo hueco para probar algunas cosillas que yo desconocía (y en grata compañía gracias a la visita de otros miembros de El Hombre Que Rie Project valencianos, como Iván y María, a los que también nos alegró mucho volver a ver):



1) COUP:
No, no había aún probado este juego, a pesar de lo mucho que se está hablando de él y de la fama de filler divertido, interactivo y rápido que se está ganando. Y es que tenía miedo de que fuera tan tontuno y sencillo como Love Letter, que, aunque a mí me gusta, no ha gustado a NADIE de las personas a las que se lo he enseñado (y han sido unas cuantas). Este es un poco más elaborado, bastante más interactivo, y un pelín más largo. Es de ese tipo de juegos que en realidad parece una sola mecánica que podría encajar perfectamente en otro juego más grande y con más chicha. Pero sus ventajas son muchas: el faroleo, el puteo, lo rápido que se explica (gracias a la excelente ayuda de juego que lo acompaña), y su aptitud para jugarlo con casi todo el mundo. No me lo fabricaré ni lo compraré, pero es decente y si me lo proponen no diré que no a volver a probarlo. Eso sí, un poco carete, ¿no?

2) FANTASMA BLITZ:
A este ya había jugado en otras sesiones y me gustó repetirlo. Es de esos juegos en los que soy bastante malo pero que me estimula a seguir jugándolo, con las esperanza y el reto de dominarlo. Tampoco lo tendré nunca, pero es de los que se agradece que todo el mundo tenga una copia en su casa, por si es idónea su aparición.

3) RAPIDCROCO:
Este ni sabía que existía. En él, una trama de 6x6 cartas de sospechoso genera un "tablero" improvisado en el que debemos encontrar el cocodrilo acusado de cometer no recuerdo qué crimen, en base a unas características que se revelan de golpe y a la vez. La tarea de los jugadores (simultáneamente) es localizar el sospechoso, que indicará con su mano quién es el que él cree que es el sospechoso real, y este a su vez señalará a otro, etc, hasta que la cadena termine en un determinado individuo. Lo que han de hacer los jugadores es, por tanto, señalar ese individuo únicamente. Interesante. Estresante. Frustrante... Una buena opción como filler.

4) TIBURON:
Conocía la existencia de este juego desde que lo vi en el Festival de Córdoba 2012, donde vi jugándolo a Neiban y sus amigos. Las risas y buen rollo que emanaban de la mesa me hizo quedarme con las ganas de probarlo, y cuando lo vi en la estantería de juegos abiertos de la tienda le pedí a Chemo que nos lo enseñara. La verdad es que me imaginé que sería un poquito más elaborado de lo que resultó ser. Cada jugador tiene un set de 7 cartas (numeradas del 1 al 7) y simultáneamente todos revelan una elegida en secreto, y en función de ese número, van avanzando sus muñecos nadadores hacia delante en la fila india que forman delante de un tiburón. Si se repite un número una o más veces, el muñeco de esos jugadores no se mueve y mantiene su posición relativa. Finalmente, el que ha quedado último en cada ronda es mordido por el tiburón y pasa a la primera posición (no me preguntéis el por qué). Gana el que se queda solo nadando (aunque sólo le quede un brazo para ir avanzando, jeje). Un juego tontuno pero que funciona con muchos grupos. A mí me hizo gracia jugarlo, pero no sé si lo repetiría. Pensaba que tendría más interacción.

Y eso es todo lo que jugamos ese fin de semana. Espero volver pronto para ir contemplando la buen marcha de la tienda y la prosperidad lúdica de la ciudad gracias a sus gestores, y reencontrarnos más veces con Iván y María. ¡¡Un abrazo muy fuerte a todos!!