domingo, 10 de noviembre de 2013

Estrenos Veraniegos (II)

Debido a mi ansiado traslado a Madrid, estos últimos meses, por unos u otros motivos, he jugado muy poco, y asimismo le he dedicado poco tiempo al ciberespacio. Intentaré ponerme al día tanto en sesiones lúdicas como en las minicrónicas que caracterizan el día a día de este blog.

Comienzo con la continuación del repaso de los juegos que estrenamos en Córdoba este pasado verano, justo antes de venirme a estas frías tierras:



1) PAX PORFIRIANA:
Aunque soy un seguidor medianamente activo de Phil Eklund, este juego no me había llamado mucho la atención por temática y por ser de cartas, porque me imaginaba que sería un filler tipo Erosion, el cual, aunque interesante, no pasa de ser un juego de relleno que aunque no ocupa mucho sitio por algún motivo terminé vendiendo. Este que nos ocupa es diferente, creo, mucho más profundo, de duración más prolongada, que requiere una toma de decisiones más exhaustiva, y que aunque tiene algo de azar respecto de cómo van saliendo las cartas para comprar, ocupa un nicho diferente y posibilita una estrategia que puede llegar a tener éxito si perseveramos. La característica más significativa es la complejidad y duración, ambas más elevadas de lo que uno espera de un juego de cartas. Completamente recomendable. De hecho, le tengo que echar más partidas, que en esta estuve bastante liado con las reglas y no pude desarrollar mi juego plenamente consciente de lo que hacía.



2) METRO 2033:
Este juego de temática futurista, basado en la serie de novelas Metro 2033, de Dmitry Glukhovsky, me llamó la atención nada más empezar a comercializarse. Nunca había tenido un juego ruso, y por aquello de probar suerte (uno siempre piensa que si un juego de un país tan atípico lúdicamente llega a nuestras tiendas será porque es bueno, lo que le permite traspasar fronteras) lo compré compulsivamente, sin ni siquiera invertir mi tiempo habitual en leer reseñas, videos, etc. Como consecuencia, tras leer en casa el reglamento, llegué a la conclusión de que unas mecánicas tan sencillas sólo podían dar como resultado o un juego redondo y brillante, o bien un excremento sencillote y tontuno como esa lectura dejaba sospechar. Desgraciadamente, en este caso resultó ser lo segundo. El juego consiste en ir controlando estaciones de metro abandonadas, muchas de las cuales proporcionan recursos al principio del turno, con los cuales se puede reforzar nuestras tropas, comprar armas, establecer objetivos a cumplir, etc. El modo en que se conquistan las estaciones pasa por combatir con los monstruos que este universo apocalíptico va haciendo aparecer (que habitan en las que están abandonadas), o bien en atacar a las estaciones ya controladas por otros jugadores (y en consecuencia combatir con ellos). El primer jugador que consiga 10 estaciones (10 puntos de victoria) gana el juego automáticamente.

A pesar de lo prometedor de su sencillez y de su intensa interacción, el juego no logra emocionar ni comprometerte con la temática, quizá por su extrema simpleza o por su ausencia de azar en el combate (quizá unos dados hubieran ayudado). Ahora estoy empezando a jugar el videojuego. Espero que me proporcione más alegrías y entretenimiento que aquella fatídica tarde que resultó ser más "apocalíptica" que la temática del juego...



3) BIOS MEGAFAUNA:
En nuestro repaso veraniego a los diseños del tito Eklund, no podía faltar este diseño ya antiguo, que ya había probado en la Bibliokedada de hacía algunos años (gracias a la explicación de Suffo, con mi copia de la primera cutredición), y que se había reeditado recientemente, con una profunda revisión de mecánicas y componentes. Yo llevaba tiempo queriéndolo probar, sobretodo después de la euforia lúdica vivida en torno a esa obra megatemática y fascinante que constituye High Frontier (el único juego de mesa al que le tengo puntuado con un 10 en BGG, y eso sin haberlo jugado aún en modo avanzado), pero como estaba carete cuando salió (lo pusieron a 45€ y eso me parecía caro, sin imaginarme que el precio generalizado de los juegos iba a subir especulativamente tantísimo como ha subido este año) esperaba que algún amigo me lo enseñara, y esa ocasión llego.

A pesar de la insistencia en una revisión profunda de las mecánicas, las sensaciones que me transmitió en esa partida de iniciación fueron muy similares a las que tuve con el American Megafauna; es decir, gran sensación temática, compra de cartas de genes (motor principal del juego, a mi parecer), algo de caos en los eventos que iban saliendo, enorme competitividad por ocupar los nichos que la naturaleza iba proporcionando, etc. Me dio similares sensaciones de caos, sobretodo en el modo en el que iban saliendo las cartas, y eso no me gustó (al igual que en su versión primitiva, pues en cuanto salía una carta muy buena en el refresco del principio de tu turno la comprabas en el acto, quedando por tanto la morralla, y la cosa se convertía en una pesadilla si dependías de la carta que sacaras en ese momento), y por tanto no alcancé a ver en qué había evolucionado el juego (más allá, claro, de la mejora significativa de los componentes). En consecuencia, no terminé muy satisfecho de la experiencia, aunque seguro que con más partidas la luz aparece y le da una profundidad y brillantez más merecida al diseño. Se merece probarlo más, porque original es un rato, y profundo como todos los juegos de este señor.

Desgraciadamente, aún no me lo he comprado. Y nada me empuja a hacerlo, para mi sorpresa.



4) WEALTH OF NATIONS:
Este juego económico llevaba dos años en mis estanterías y no había logrado sacarlo (bueno, en realidad me daba pereza estudiarme las reglas, sabiendo de antemano lo duro que es y atrayéndome más estos últimos tiempos los juegos temáticos y con interacción), y decidí estrenarlo porque necesitaba hacer sitio para cargar menos en la mudanza, por lo que estrené mi copia en agosto. En él, te dedicas a construir fábricas de determinados productos, a producir y posteriormente comprar-vender esos recursos, obteniendo con ello dinero con el cual poder construir más y expandirte. Al final gana el que más dinero tiene. Me gustó sin entusiasmo, pero lo vi demasiado largo para lo que ofrecía. Como tenía que aligerar peso y este era el que menos me había entusiasmado de los juegos menos afines, decidí lanzarlo. Y lo cambié en la última Mathtrade. Espero que su nuevo dueño sepa sacarle el jugo que yo no pude.



5) PRINCIPATO:
Este juego pintaba mal. Muy mal. En su publicación había quedado ahogado por la multitud de otras novedades más llamativas del 2011, a pesar de ser del mismo diseñador que ese megahypeado y de inmerecido éxito Eclipse. Aunque tan sólo prometía lo que es: un sencillo juego euro, de corta duración, entretenido de jugar y escalable. Estuve muchas veces tentado de comprarlo, pero quizá sus continuas bajadas de precio me querían advertir de una realidad que sólo resultó a medias: no es una mierda, pero los hay muchos mejores en su nivel.

Lo relativamente original del juego, es que en tu turno realizas un par de acciones (creo recordar), cada una con una carta, siendo una de ellas de las que tienes en mano, y la otra elegida de una hilera de cartas que se van refrescando en cuanto la gente va cogiendo su carta a ejecutar. Las acciones van construyendo cosas en tu tablero personal, y esa construcción otorga puntos al final del juego (en eso se parece un poco a Saint Malo, pero sin rotuladores).

El juego es sólo eso, entretenido, y sinceramente por 10€ merece mucho la pena si buscas un tipo de juego así. Pero si tienes la estantería a tope y no puedes permitirte el lujo de repetirte, mejor que te lo enseñen con la copia de otro.



6) LOVE LETTER:
Este entretenido y ultrarápido juego lo conseguí en un pedido a Printerstudio y me quedó así de chulo, con una temática que para mí supera con mil veces a la original. Hora de Aventuras es una gran serie de dibujos animados lisérgicos y adultos, bastante inclasificable y divertida, más original que muchas otras series que nos tenemos que tragar hoy en día.

Pero ni por esas. Salvo en muy contadas ocasiones, a nadie de a quien se lo enseño le gusta o le resulta tan siquiera entretenido. De hecho, su aparición y puesta en escena genera mofa y cachondeos varios. Hasta tal extremo me irrita el enseñarlo y sufrir su incomprensión que decidí deshacerme de él y regalárselo a un amigo. Un triste final para un juego agradable, honesto, casi gratuito y curioso.

¿A vosotros os pasa lo mismo con él?



En la siguiente entrada termino con los estrenos veraniegos. Sí, así de poco he jugado, que con tres entradas de nada finiquito una estación entera. Qué se le va a hacer :(

4 comentarios:

  1. Q curioso lo del Love Letter. En mi caso es al revés: exitazo absoluto. Y una partida detrás de otra.
    Cada vez que lo he llevao a una quedada en la que ha visto mesa, le han caío 3 o 4 partidas.

    Ánimo y suerte con tus propósitos lúdicos. Ahora que estás ya instalao irás mejor. Este año yo he pasao tb una racha de sequía tristísima.

    Saludos jugón ;)

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    1. Joder, qué suerte has tenido. Aunque si les gusta mucho Love Letter, quizá no le gusten los tochos (otra desventaja paralela), ¿o me equivoco?

      Un saludo.

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  2. Asfixiado por tanta información había pasado por alto este post. Suerte que de vez en cuando te visito porque sí.

    No he probado nada de lo que comentas en este articulillo salvo el Love Letter que a mí me parece una auténtica tomadura de pelo con la que no hay que perder ni los cinco minutos que dura.

    Principato tiene muy mala fama, la verdad.

    Por lo demás, muy bien escrito y muy interesante la información que aportas. Como siempre

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    1. A mí también se me había pasado el pasarme (jejeje). Gracias pro tus halagos. Cada vez escribo menos e incluso me he sentido aludido en uno de tus últimos artículos-polémica (el de los blogs que abren y cierran a los cinco meses jeje).

      Pues yo creo que todos te pueden gustar salvo el Metro 2033 (auténtica mierda donde las haya). Hazme caso y si puedes, pruébalos.

      Un abrazo.

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