domingo, 5 de enero de 2014

Visita Prenavideña a Lex Ludi Malacitana

De los días que me pude coger este diciembre que ya acabó, algunos de ellos los invertí en bajar a la terra y a la costa, en un breve periplo de visitas familiares. La cantidad de juegos que sorprendentemente pude sacar a mesa en tan pocos días fue:



1) UN MUNDO SIN FIN:
El eterno buen juego para evangelizar en los juegos de mesa. Su sencillez de reglas y ejecución, su dosis de caos (tanto en eventos como en asignación de recursos) y su agradable arte lo convierten en un candidato ideal para novatos, sin llegar a ser tontuno ni tremendamente azaroso (como suelen ser los que sacamos con amigos y familia no iniciados). En esta enésima partida fui tan vilipendiado por los eventos que me convencí del escaso control que puede llegar a tener en algunas partidas. Lo cual es bueno para iniciar a gente (ya que no pierden miserablemente, al menos no ineludiblemente), pero malo para alguien que busca control como yo. Como consecuencia, lo he dejado de regalo en casa de mi cuñado. Espero que él le saque más provecho que yo.




2) FANTASTIQA:
Un curioso deckbuilding, de arte misterioso y fantástico, bastante más sencillo y poco original de lo que me esperaba, pero entretenido y que resulta agradable de jugar. Eso sí, el precio, una vez jugado, es abusivo (aunque hoy en día esto del abuso forma parte del estado comercial de la afición). En tu turno, debes hacer una acción obligatoria y varias gratuitas opcionales. Las acciones van encaminadas a conseguir cartas (de criatura, de hechizo o acción especial, de objetivo a cumplir, etc), que van creando tu mazo (salvo las de objetivo, que se colocan frente a ti) y que te permiten cumplir los objetivos que existen tanto públicos como privados (que sólo puedes cumplir tú). El juego acaba inmediatamente cuando alguien llega a un número de puntos de victoria fijados previamente, provenientes de los objetivos cumplidos acumulados. Es por tanto un juego meramente entretenido, sencillo en ejecución y no demasiado largo para lo que ofrece (e incluso se puede ajustar la duración a lo deseado). Ya descansa en las estanterías de otro jugón que espero que lo disfrute más que yo... ¡Si no te disgustan los refritos has triunfado!




3) NILE DELUXOR:
Un quemacartas del que creo que ya he hablado y que desgraciadamente no causó furor en Málaga cuando lo enseñé. De hecho, no recuerdo más quejas, sorna y cachondeo despectivo en el estreno de un juego en años... Lo que hacen las confianzas. Y eso que lo jugamos a 4, un número más óptimo que al de 2 con el que lo estrené. Yo sigo defendiéndolo a pesar de todo como juego entretenido y curioso, pero como no le ha gustado a NADIE de a quien se lo he enseñado, se lo vendí a la misma persona que se llevó calentito el juego anterior. Con una jugosa reducción de precio, no os creáis...




4) PERGAMON:
A petición mía, Lethan me enseñó este juego al que yo tenía muchas ganas de jugar debido a las numerosas críticas positivas que he ido leyendo a lo largo del tiempo desde que se editó. Algunos esquizofrénicos lo comparaban (no he logrado averiguar por qué) con el conspicuo Die Speicherstadt, que para mí es un juegaco en su categoría (sencillo, de gestión, con puteo soberano y muy divertido). Este Pergamon, aunque indiscutiblemente con su público, me pareció muy inferior por varios motivos: por su tremendo azar y por la ausencia de interacción entre jugadores (al menos comparado con el otro). También es "de pujas", pero bastante diferente. En el de Stefan Feld las pujas encarecen el precio al que otro tío se lleva las cartas que necesita; en este, las pujas son "ciegas" por así decir, y determinan tanto los ingresos que te llevas al principio de la ronda como los niveles de la excavación a los que puedes acceder. En cuanto a los ingresos (determinados por dos cartas que salen al azar, bocabajo hasta el fin de la puja y que tienen un rango de dinero posible) es claramente un push your luck, lo cual resta control al diseño, aunque para muchos seguro que mejora la diversión (entendida como ellos quieran entenderla, claro). Para mí no merecía el esfuerzo de pensar mucho porque existían demasiados elementos incontrolables y por tanto lo convertían en más temático y menos controlable por ello. Como ejemplo para ilustrar mi opinión, me gusta el azar si el juego no requiere excesivo control, como pasa en Más Allá de Tebas, donde el azar que tiene el juego es muy divertido y te obliga a jugarlo relajado y dejándote llevar. En este Pergamon te obligan a pensar un poco y luego no puedes controlar todo lo que sucede. De modo que es pensar en balde, supongo. No sé muy bien, que yo llevo poco en esto... Quiero decir que no es que sea un excremento (me he propuesto como objetivo de este nuevo año no calificar a ningún diseño como MIERDA hasta que yo no publique uno que sea un bestseller brutal), sino que NO es tan bueno como decían todos. Creo incluso que es engañoso y casi malintencionado decir que es bueno (nótese que lo digo irónicamente). Yo comentaría si me gustara: "es incontrolable y azaroso a más no poder, pero a mí me gusta", pero jamás diría que es "mejor que Die Speicherstadt". Hombreeeee, un poco de seriedad, que somos adultos ya (aunque a veces no lo parezca).




5) CHINA:
Este juego me lo fabriqué al principio de esta locura y pérdida de tiempo que constituye esta afición (ya que deberíamos estar quizá estudiando el modo de mejorar nuestra sociedad y futuro en lugar de jugar a cosas que no mejoran en nada nuestro entorno) pero nunca pude estrenarlo y finalmente reciclé los materiales con los que lo fabriqué, y como Lethan lo tenía vi la oportunidad de probarlo, tras varios años tras él. Pensaba que sería una tontá, pero para mi sorpresa, y a pesar de ser un quemacartas, me gustó bastante. Tiene varios elementos que yo valoro positivamente en los juegos: tiene reglas muy sencillas de entender, es fácil en ejecución, relativamente profundo en estrategias, con su toque táctico (te has de adaptar a lo que va pasando en el tablero), de mayorías, con muchas posibilidades y con gran rejugabilidad. En cuanto a mecánicas, en tu turno puedes gastar hasta dos cartas colocando en los sitios legales del tablero fichas de tu color (y reponiendo esas cartas posteriormente), generando así mayorías en las diferentes regiones, que se puntuarán a medida que se van completando (al estilo de Caos en el Viejo Mundo, salvando las distancias jajaja). Si no fuera tan carete (20€, a pesar del tiempo que lleva ya publicado, y no baja el maldito) me lo compraría. Aunque tengo ya demasiados parecidos que no salen a mesa por culpa de tantas novedades, y porque las mayorías no son tan populares entre los jugones (todos prefieren gestionar recursos y hacer combos, lamentablemente para mí). Lo significativo es que a pesar de su viejez, no ha perdido frescura ni funcionamiento, y eso es digno como para salvarlo de entre lo manido y refrito.




6) THESEUS: THE DARK ORBIT:
Me pillé este juego futurista y de coloridos componentes en la liquidación de LaPCra (D.E.P.), confiando en que su mancala fuera tan interesante como lo era en el Trajan (salvando las distancias). Mucho más simple, aunque conservando su esencia, en este juego nuestras unidades ocupan el lugar de los recursos de colores en aquél, aunque llenan menos los "cuencos", con lo que los cálculos (afortunadamente para algunos) han de ser menores, y resulta por tanto bastante más previsible y controlable lo que va a pasar. Eso sí, con 2 jugadores tan sólo, porque en este caso todos los jugadores usan los mismos sectores, de modo que con 2 jugadores puede llegar a ser un ajedrez, pero con más pasa como con otros juegos similares: cuando te llega el turno ha cambiado el panorama tanto que queda mucho de lo que te dejaste preparado para hacer después lo que querías.

En cuanto a mecánicas, eliges en tu turno una ficha tuya a mover, y mueve tantos espacios en el sentido de las agujas del reloj como unidades (de cualquier jugador, incluyendo la que mueves) haya en el sector. El sector en el que cae ejecutará algún efecto sobre la ficha recién llegada o sobre las fichas de los enemigos, dependiendo de las cartas que haya instaladas ahí y del tipo que sean, y el objetivo del juego pasa por eliminar a los oponentes quitándoles la vida poco a poco, o bien ganando datos hasta un máximo, dependiendo ambas opciones de la facción con la que se juega.

Se trata por tanto de un juego entretenido y para 2 personas casi exclusivamente (aún no lo he probado a 4 jugadores, donde la cosa sería por equipos, lo que suena interesante), de escasa duración (excesivamente poca para mi gusto), y que por ambos motivos quizá no se quede en mi colección. Esperaba un poco más de él, desafortunadamente. Pero puede gustar a los que les gusten los juegos tácticos, cortos y caóticos.




7) SHITENNO:
Este juego tiene su historia. Lo adquirí en una Mathtrade no muy lejana, pero por designios del Dios Maligno Kiala se perdió en el Espacio y el Tiempo y llegó a su destino tras la friolera de 6 MESES de periplo por los Otros Mundos. Con todo, su estreno no fue inmediato sino tras otros cuantos meses de paciente espera. Y pensar que originalmente me llamó la atención por ser del diseñador del genial Offrandes, el juego de subastas agresivas incomprendido (aunque también me decidí a conseguirlo por haber leído que era una reinterpretación del San Marco, lo cual es relativamente cierto).

Como en éste, en Shitenno hay que crear mayorías en las diferentes regiones del tablero, que puntuarán al final del juego, aunque mientras se plantan fichas de nuestra facción también se van ganando puntos. La principal diferencia con aquel juego es que el reparto de cartas de acción se diferencia un poco: el que hace de repartidor roba las cartas de cada tipo y ofrece un lote al siguiente jugador en turno, sin mostrar las que quedan por ofrecer (de ahí un mayor faroleo), y si alguien en orden de turno acepta ese primer lote sigue creando lotes, y si no pasa las cartas aún secretas al siguiente jugador en turno, que se convierte en repartidor y sigue generando y ofreciendo lotes.

Es un juego por tanto interesante, bastante abstracto pero muy interactivo y entretenido. Por tener varios parecidos y no ofrecer nada especialmente original lo vendí a uno de los participantes en la partida de estreno, a un excelente precio no-especulativo por cierto; a ver si doy ejemplo y rompemos la burbuja, leñe...




8) 1, 2, 3!, AHORA ME VES:
Este juego de Perepau lo probé hace dos Festivales de Córdoba, y ya me gustó entonces. No me lo compraría, porque el juego se presta tela al printandplayeo, pero no le resto valor por eso. En cada ronda, un "juez" tira una serie de animales de madera en mitad de la mesa de juego, y éstos quedan desparramados en una determinada posición. Después de 10 segundos de observación, todos los participantes salvo el juez cierran los ojos, y éste saca una carta que le obliga a realizar un cambio en los animales que existen en la mesa. Cuando todos abren los ojos eligen una de sus cartas de respuesta, y quienes acierten qué cambio ha habido reciben un punto de victoria. Es por tanto un diseño indiscutiblemente original y divertido, que explora nuestra percepción visual y memoria, características esas que siempre faltan en nuestra ludoteca. Recomendable.




9) UN IMPERIO EN 8 MINUTOS:
Ryan Laukat es el diseñador de un prometedor y atractivo juego que lleva más de un año en mi estantería y que no logro sacar a mesa ni estudiármelo: Empires of the Void. Asimismo, tiene un nuevo diseño en las tiendas (el City of Iron, un deckbuilding original, por lo que dicen), que por cierto ha tenido tan mala distribución que no hay manera de conseguirlo a un precio razonable. En realidad, su anterior juego también fue relativamente difícil de encontrar, cosa que no entiendo aún. Y la sorpresa es que luego este sencillote filler de relleno que nos ocupa encuentra una amplia distribución y hasta en español. Sus razones comerciales habrá para esta paradoja, pero a mí sencillamente se me escapa...

Lo que está claro es que el juego está bastante limitado, y según mi humilde opinión no merece en absoluto el bombo y platillo con que se le está agasajando a pesar de su extrema simplicidad. Pero qué sabré yo de lo que merece un diseño o no. Lo que sí que está claro es que por ese precio prefiero el diseño anteriormente reseñado de Perepau antes que este juego. Pero en fin, su público tendrá.

En tu turno, debes elegir una carta del mercado de cartas (la ristra de cartas que se ve en la parte superior del tablero, en la foto) y ejecutarla sobre el tablero con los cubos de tu color. Con esas acciones puedes extenderte por el mapa e ir generando mayorías que se puntúan en determinados momentos del juego. Las cartas jugadas asimismo se depositan en tu zona de juego y van generando también mayorías en base a los iconos que tienen, que también dan puntos al final del juego. Así descrito suena interesante, ¿verdad? Y no es que sea mal diseño, pero os aseguro que al jugarlo resulta demasiado simple y con sabor a mil veces visto. Debe funcionar mejor con gente que está empezando, sin duda. Como curiosidad, tras haber jugado a esta cosa yo siempre recomiendo que en lugar de este juego se intente adquirir el juego Principato, si es que se está buscando un juego sencillo para dos y con similar mecánica. Éste me parece más completo y elaborado, vale casi menos dinero, y ¡es del diseñador de Eclipse! (la mierdaca azarosa esa, sí).




10) RAJ:
Una tontá como un demonio, que era lo único que ya podíamos permitirnos al parecer, debido a las horas que ya eran y tras tanto rato como llevábamos. Juego caótico a más no poder, más absurdo aún que Tiburón (al que recuerda un poco, en lo de malo, flojo y caótico), pero que nos permitió reírnos un rato, que era de lo que se trataba. A esas alturas de la noche ya tenía la garganta reventada por culpa de la faringitis incipiente...




11) AUGUSTUS:
Para despedirnos les pedí por favor que me enseñaran este juego que tanto furor había causado en Málaga. Quería tener la oportunidad de poder cagarme en él de primera mano, habiéndolo jugado directamente con los hypeadores oficiales del juego de los demonios. Me fue fatal en la partida, aunque ni siquiera le echo la culpa al tremendo azar que tiene. Efectivamente, se trata de un Bingo vitaminado, revitalizado y tematizado, con mogollón de estrategia y posibilidades, un push your luck extremis, con mucho sabor histórico y con un arte envidiable. Jamás me lo compraría, pero sí que lo volvería a jugar incontables veces con estos hypeadores del Reino. Qué partida, Dios. Hay que darle una oportunidad al juego, está muy bien. Aunque yo no me lo quedaría ni aunque me lo regalaran, repito, jajajaja.




Y eso fue lo que dio de sí el par de días que estuve en estas tierras sureñas. Volveremos a repetir, sin duda. Preparad los cagarros más humeantes y frescos que tengáis, que sin duda los probaré con ganas. Todo sea por calmar a la bestia ludofágica, aunque sea con malas hierbas y subproductos de dudoso origen biológico...




2 comentarios:

  1. Q wena la partida de Shitenno. Cómo me reí!
    Pero bueno, en las demás tb! xD

    No dudes en avisar cnd vuelvas a bajar por aquí ;)

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    1. A ver si hay suerte y nos vemos pronto, aunque sea en unas jornadas ;)

      Un abrazo.

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