martes, 8 de febrero de 2011

Víspera de un día de libranza laboral: Goa, Imperial y 7 Wonders

Hace unos cuantos jueves, nos reunimos en el Castillo de plujaisol para echar unas horas de regocijo y relax fuera del mundo exterior, en buena compañía. Al llegar la robopilingui y yo, y ser 6 seres humanos presentes en total, decidimos darle una oportunidad a los siguientes jueguillos:


1) Imperial: este prometía mucho y, efectivamente, apunta maneras, tal y como pudimos comprobar en las varias rondas que echamos. Tuvimos que dejarlo porque vino una séptima persona y decidimos pararlo para embarcarnos en otra aventura jueguil más integradora. Es uno de esos juegos que hay que preparar bien y empezar a jugar sabiendo que va a llevar (al menos la primera partida) algunas horas (incluyendo la explicación, las continuas consultas al manual, etc), por lo que no siempre es el momento adecuado para sacarlo, y muchas de las veces que te apetece estrenarlo has de contar con que (como pasó esta vez) tengas que dejarlo a medias.

Al menos nos sirvió para tener por fin claras las reglas, ver la mecánica general y afrontar una futura nueva partida con más confianza, esperándose por tanto una mayor fluidez. Además, tengo esperanzas en él porque me da la impresión de que escala bien a todo número de jugadores (los participantes no llevan países, sino bonos de los mismos, por lo que los gobiernos pueden cambiar de mano y con ello el control de las naciones). Es el segundo juego de la famosa serie de juegos de Rondel, de Mac Gerdts, publicado el que nos ocupa en 2006. La cosa va de que 6 naciones se disputan el control económico de las regiones extranjeras, siendo las naciones controladas por unos gobiernos que emergen de los jugadores que más hayan invertido en cada una de ellas. De este modo, los gobiernos pueden cambiar de un jugador a otro (uno puede tener más de uno, y en cambio otros pueden no controlar ninguna nación), haciendo que la visión de lo que es el juego sea al principio difícil de captar, pues de lo que se trata es de enriquecer las naciones que nos interesan y después asumir el gobierno de la más poderosa, sobretodo en la recta final, pues gana el juego quien más haya invertido en la nación mas poderosa. La mecánica de Rondel, por otra parte, es bastante curiosa y original: se trata de una rueda de 8 casillas con 6 acciones posibles diferentes repartidas en esos 8 pasos (se repiten 2 de esas acciones), que se pueden ir eligiendo avanzando el marcador del color de la nación en turno en sentido horario y ejecutando la acción de la casilla en la que se detenga. Se pueden avanzar hasta 3 pasos gratis, y por cada paso extra la nación ha de pagar una cierta cantidad, pudiéndose dar como máximo 6 pasos. Entre ellas están: construir arsenales y/o astilleros, importar tropas y/o flotas desde el extranjero, invertir en bonos de las diferentes naciones, producir tropas y/o flotas en las fábricas de la nación, mover las tropas y/o flotas a regiones adyacentes, etc. El objetivo, pues, es aumentar la tesorería de las naciones que nos interesan para luego invertir ese dinero público en hacer crecer la nación y poder expandirse por el tablero, cobrar más impuestos, etc, y todo ello para que las naciones que nos interesen ganen puntos de poder. La nación que llegue a 25 puntos de poder gana el juego, y con ella el jugador que controle su gobierno (osea, el que más haya invertido en esa nación, el que tenga el conjunto de bonos más valiosos de ese estado). Es en definitiva un juego fascinante que espero probar a 2, 3 ó incluso 6 jugadores (de nuevo), pero logrando terminar la partida.


2) Goa: después de jugar unas tres partidas (en todas las cuales quedé el último o penúltimo, jeje) a 7 Wonders (debido a que estábamos el número mágico de 7), aproveché las altas horas de la noche (no trabajábamos ninguno de los que quedábamos al día siguiente) para sacar mi P&P de este juego, al que tenía muchas ganas de jugar desde que había leído varias reseñas muy positivas sobre el juego. Publicado por Rüdiger Dorn en 2004 (y descatalogado actualmente, creo, aunque se puede encontrar en alguna tienda europea), es un eurogame clásico y durillo, con una mecánica de subastas que yo no había probado antes, de una sola puja, bastante interesante. Lo jugamos 4 personas, lo que parece ser un número ideal para este juego (aunque una vez jugado, creo que podría funcionar igualmente bien a cualquier número de jugadores, la verdad). Es bastante clásico en el sentido de que consiste en una subasta de diversas losetas, y en la ejecución posterior de una serie de acciones en nuestra área de juego para avanzar en los marcadores de nuestro tablero individual que nos permiten mejorar en diversas áreas (conseguir más dinero, más barcos, más colonos para colonizar, etc). El objetivo, por supuesto, es conseguir el mayor número posible de puntos de victoria, que se consiguen de diversas maneras, sobretodo de haber conseguido avanzar en los diferentes tracks de nuestro tablero individual lo máximo posible, también de conservar al final del juego losetas con puntos de victoria, conservar cartas de expedición en la combinación más productiva posible, etc. De tema pegado hasta la saciedad (este es de los eurogames más abstractos que he jugado nunca, lo cual es a veces difícil de determinar), el juego es bastante curioso y sesudo, pues es de esos en los que la cantidad de opciones que puedes elegir en tu turno es tan amplia que nunca sabes si estás haciendo lo más óptimo, lo cual te deja al final de esa partida esa sensación de profundidad tan característica que promete mucha rejugabilidad. Habrá que verlo más veces funcionar, y a diferente número de jugadores.


Y eso es lo que dio de sí una jornada de unas 12 horicas de ná... Sí, sólo 3 juegos en 12 horas. Porque así es El Hombre Que Ríe Project...

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