lunes, 12 de diciembre de 2011

Partidas debajo del Acueducto (I)

Como me imagino que habrán hecho la mayoría de grupos lúdicos que no han podido irse de viaje esta pasada semana, nosotros hemos aprovechado nuestra mutua presencia en la ciudad y hemos quedado varias veces.

En estas ocasiones no sólo se intenta recuperar las buenas costumbres de desarrollar largas y fructíferas sesiones (que ya hacía casi meses que no lograba montar) sino estrenar aquellos juegos que con tanta insistencia nos hemos preparado en las semanas previas (al menos ese era mi caso).

Los juegos que he conseguido jugar y disfrutar este macro-puente han sido:


La cosa empezó el DOMINGO, en cuya tarde nos arriesgamos con una amiga que vino de Granada y con otro amigo mutuo que estaba empezando en esto. Ella era un poco reticente a investigar este apasionante mundo, mientras que él tenía ganas de experimentar y prácticamente se abría a cualquier tipo de juego que quisiéramos mostrarle. Esta fue una sesión rara, de esas que salen como menos te esperabas y que a partir de la cual te dices que intentarás evitar en la medida de lo posible que vuelva a repetirse. Y es que la cosa no funcionó. Pero nada de nada. Al menos con ella. Mira que llevo ya tiempo iniciando a familia, conocidos y amigos, y más o menos voy teniendo cierto éxito, porque con los fracasos pasados uno va aprendiendo acerca de qué tipo de juego sacar primero,




cuál no, qué grado de complejidad de mecánicas y reglas sacar en cada momento y con qué personas... La cosa es que esta vez no teníamos ni la robopilingui ni yo ninguna certeza sobre cómo saldría, porque nuestra amiga es un poco peculiar y nunca antes habíamos jugado con ella a nada, además de que tiene otras aficiones bastante alejadas de este mundillo tan extraño y bizarro. Sin embargo, lo intentamos. Con resultados nefastos. Este juego no le gustó nada, y encaró la tormenta como pudo, pero es que el siguiente que propuse (uno diferente, para probar otra cosa), fue incluso peor. El Thebes no sólo le pareció peor juego, sino que no quiso ni empezar su primer turno, por manifestar que el juego no tenía sentido (le costó muchísimo asimilar las reglas, hasta el extremo de dejar de escuchar a los 5 minutos) y que no le divertiría en absoluto, negándose por tanto a continuar con la sesión lúdica. Ante tal manifestación, inesperada para los otros tres que estábamos allí, no hubo más remedio que guardar todos los juegos y al rato salir a la calle y dedicarse a otra cosa.

En los escasos dos años que llevo en esto, sólo una vez tuve una experiencia tan violenta (en sentido figurado, claro), como la que relato, y espero no volver a tenerla, porque no sólo resulta desagradable para cualquiera que esté presente y que se lo esté pasando bien, sino que encima has hecho pasar un mal rato (sin querer) a una buena amiga que no te imaginabas que iba a reaccionar así.

El MARTES volvimos a tener quedada, esta vez con otro miembro novato, un compañero de trabajo al que llamaré crazypep. Segundo riesgo en la misma semana. A él sólo le había puesto en una anterior ocasión el juego de cartas CIA vs KGB, y aunque le divirtió, después manifestó que no le había "enganchado" a esto de los juegos de mesa. La presión ejercida por la evangelización lúdica que a veces me caracteriza me hizo querer repetir y probar otras cositas con las que llamar su atención. El primero fue este Adiós, Amigos que nos ocupa. Fracaso a medias. La verdad es que no sé qué tiene este juego que sólo gusta a jugones, y nunca a novatos, confirmado. Cuando se supone que debería ser una adecuada puerta de entrada, al ser un juego más sencillo de reglas, más desenfadado, consigue justo lo contrario: asustar a los que son empujados a iniciarse. Para mí casi se está convirtiendo en juego maldito. A veces llego a pensar que realmente las personas a las que se lo he enseñado (las primerizas) tienen verdaderos problemas con las sumas y las restas...


Ese mismo día saqué este juego como segundo plato y sí que triunfó bastante, creo yo. Lo jugamos a cuatro, mi cuñado, la robopilingui, crazypep y yo. Como siempre, resulta ser un excelente juego de nivel intermedio, de gestión de recursos, con el que normalmente los que empiezan se dan cuenta de las posibilidades que tienen los juegos de mesa modernos. Hasta tal punto gustó que mi compañero de trabajo me dijo posteriormente que le gustaría quedar para jugar más veces, pero sólo si era para juegos que manejaran "trigo" y recursos similares. Siempre hay un momento en las sesiones iniciales en las que la persona a la que evangelizas pregunta: "¿en este juego no hay trigo?", ¿no creéis?


Este tercer juego tampoco entusiasmó a crazypep, pero porque, según él, nosotros nos conocíamos las cartas y él no, por lo que quedaba en clara desventaja. Le hice saber que eso sólo duraría un par de partidas más, y que en breve tendría el mismo conocimiento que nosotros y que el juego se volvería tenso y divertido, pero no quiso creerme. Se ve que a la gente que empieza le suele atraer más los juegos de gestión de recursos, los más "serios" por así decir.


Tres veces he jugado esta semana a este interesante juego de cartas de construcción del mazo, las tres con mi hermano mayor, Carlos, al que estoy asimismo introduciendo en el mundillo y al que le gusta este juego de zombies más que ningún otro de los que le he enseñado. La verdad es que es comprensible: ambos somos bastante fans del videojuego (nos hemos pasado todas las entregas, aunque yo un par de ellas no aún), y este de cartas se impregna de tema en toda su extensión. Además, para ambos, lo que le falta al Dominion (tema e interacción) a este le sobra. De hecho, de todos los juegos Deck Building que he probado, el que más me ha gustado es este, y probablemente por tema, aunque hay que reconocer que el pequeño caos que introduce el modo Historia con la exploración de la Mansión (según la cual, se levanta la primera carta del mazo de




Mansión y te has de enfrentar al infectado que surge al azar de ella) le da un tenso sabor que no encuentro en otros juegos con la misma mecánica. La primera partida fue el MIERCOLES.


Después llegó Pablo y decidí enseñarle este juego, aprovechando que a mi hermano le gusta mucho y que éramos tres individuos (el juego va muy bien a ese número también). Qué decir de un juego tan novedoso y satisfactorio que no se haya dicho ya. Incluso sorprende que no se hable aún más de él, que no suba más en los rankings (y eso que está el nº 145 en el de estrategia de la BGG), que no esté media comunidad jugona jugando a él cada semana. Tiene guerra, destreza, bastantes decisiones que tomar, mucha estrategia, y toda la interacción que se puede conseguir estirando un eurogame hasta el límite de lo ameritrash; lo único que le falta es gestión de recursos para ser el juego perfecto. Y la prueba de




que es bueno (para mí) es que casi nunca he ganado, pero siempre estoy dispuesto a echar una, por el reto, por lo emocionante que llega a ser, por lo frustrante y épico de sus desenlaces. Un must have incuestionable. No recomendado para jugadores de solitarios multijugador, por tanto.


Ese día nos quedamos hasta tarde (el primer día de sesiones nocturnas) y además la robopilingui dejó de estudiar y nos acompañó, por lo que saqué este juego con la esperanza de que el ánimo no decayese demasiado tras el subidón del Ascending. Creo que lo conseguí, y el corruptor consiguió casi mantener el listón de puteo y emoción/frustración que dejó el anterior juego. Es este un juego de subastas bastante agresivo (se hizo famoso por ello), muy divertido, difícil de controlar




al principio, bastante frustrante por ello, muy interactivo y rápido de explicar. Me gustan bastante los juegos que incorporan subastas, y valoro en su medida la capacidad de englobar (como en este caso) mecánicas de subastas únicamente para mantener un juego completo en marcha (como sucede en Ra, por ejemplo).


Pasamos al JUEVES, día en el que volví a jugar con gente del grupo a la que hacía literalmente semanas que no veía. Nos reunimos en casa: becaud, Pablo, alucard, yo, mi hermano Carlos y la robopilingui. Los cuatro primeros jugamos a este juego para empezar la tarde (mientras mi novia estudiaba, la pobre), y se puede decir que el espectáculo cirquence literalmente empezó.

Esperaba su estreno con bastante expectación (ha sido el único juego que me han enseñado en este acueducto), porque había oído hablar bastante de él, generalmente bien, aunque mi anterior grupo de Valencia al parecer lo probó en las pasadas Jesta y no les causó buena impresión.




El juego es un colocador de trabajadores que recuerda a muchos de ellos y además a cierta mecánica del Príncipes de Florencia. Somos dueños cada jugador de una compañía de Circo y competimos por ganar la mayor cantidad de puntos de prestigio provenientes principalmente de nuestros artistas. A estos hemos de contratarlos a lo largo del juego, proporcionarles los cubitos necesarios para que (abstractamente, claro) efectúen su espectáculo y poder ganar dinero con que pagarles, poder contratar más artistas y trabajadores, etc. El tablero engloba varias secciones para colocar trabajadores (en realidad lo que se usan son 3 discos de acción; sólo 3 en toda la partida): 5 lugares para conseguir cubitos de colores, uno para conseguir dinero, otros varios para conseguir artistas, trabajadores y cartas al azar que nos pueden ayudar o que proporcionan objetivos que cumplir que generan dinero o puntos de victoria. Hay tres espectáculos o funciones a lo largo de la partida y en cada una de ellas conseguimos dinero y puntos de prestigio, y al final el que haya conseguido más puntos de estos últimos gana.

Tanto el tablero principal como los individuales son generosos en cuanto a detalles y colorido, siendo el apartado visual el más aplaudido de este juego, creo yo. En cuanto a mecánicas, a mí siempre me han gustado los juegos de colocación de trabajadores (o de gasto de puntos de acción), por proporcionar muchas opciones a elegir, aunque tengas pocas acciones.

He de decir que el juego no triunfó mucho, pero no porque sea especialmente malo. Para mi gusto personal, tiene tres fallos importantes que le restan mérito, pero que no lo desmerecen como juego, pues a muchos otros no importarán. Me explico:

-En primer lugar, de todas las acciones disponibles, nos dio la impresión de que hasta más de la mitad del juego (me atrevería a decir que casi hasta las 3/4 partes del mismo) la necesidad de cubitos de colores era tan imperiosa que ineludiblemente la primera acción de TODOS era SIEMPRE ocupar una casilla de cubito de color, de tal modo que el jugador inicial se llevaba el que más le interesaba, el segundo igual, y el último se quedaba con el que le habían dejado los demás, le interesara o no (ya lo cambiaría después). Los cubitos son tan necesarios que nadie va a dejar de pillar uno por ir a por otra cosa en su primera acción, porque sino se queda sin ese valioso recurso. Esta tendencia va disminuyendo hacia la tercera parte del juego, porque ya sueles tener acumulados varios cubitos y además puedes transformarlos gracias a los trabajadores que contrataste en otros que necesitas o bien te dan dos por uno, lo cual hace que sea menos imperativo ocupar casilla.

-En segundo lugar, SIEMPRE eligirás como segunda o tercera acción la casilla del dinero, casi ineludiblemente, porque hacía mucha falta. Esto no es que sea malo, lo único que quiere decir para mí es que en realidad la acción que eliges libremente es la del último disco que gastas, con el que normalmente contratas a alguien si tienes dinero. Es decir, casi siempre era: un disco para cubito, otro disco para dinero, un último disco para contratar o para otra cosa. Muy limitado. Aunque no necesariamente malo.

-Y por último lugar, dos cosicas que a mí no me gustan pero que no son negativas necesariamente (al menos para mí sí): la interacción es cero, y quizá dura demasiado tiempo para lo que ofrece.

Sin embargo, a pesar de lo dicho, no me desagradó jugarlo y no lo considero malo, sino no apto para mi gusto actual en juegos. Osea, Javi, que pruébalo que te va a encantar fijo (es de los tuyos).


Después del espectáculo cirquense, le metimos mano a este, ya con la robopilingui presente y con mi hermano Carlos (marchado ya becaud). Como éramos cinco, me pareció un juego adecuado, también de subastas (que es una mecánica muy interactiva, y yo quería potenciar esto en estas vacaciones).




El juego ya me lo había enseñado ilogico en las pasadas TdN en Agosto, y me había gustado bastante por el horrendo sufrimiento que provoca en los desgraciados que se atreven a jugarlo. No es sino hasta la reciente MathTrade que me atreví a solicitarlo y resultó que me tocó.

Sin tener mecánicas demasiado originales, hay que reconocer que este juego, bastante desconocido por cierto, incorpora elementos que lo hacen diferente y divertido. Lo que más nos gustó fue la subasta tipo Amun-Re, Cyclades, Evo, etc, que tiene, y que tan divertida suele ser, aunque nunca tanto como en este juego, por lo que yo he visto. Dicha subasta consiste en intentar evitar comerse una catástrofe de tipo ecológica/contaminante que conlleva la actividad industrial que el juego supone, y para evitarla el que pague más (en este caso, puntos de tecnología) recibe un menor daño. Nosotros llegamos a llamarla cariñosamente la "subasta de la mierda", porque el que ocupaba puestos bajos en ella solía llevarse cubos de basura o disminución de pasos en el "track de contaminación". Impagable. Muy interactivo, con gestión de recursos, económico, que gusta a casi todo el mundo, con un grado de densidad intermedio. Recomendable. Tristemente no muy famoso...


Y hasta aquí, lo jugado hasta el JUEVES. En la próxima entrada, el resto de la crónica.

5 comentarios:

  1. Menuda semanita te has pegao!!! Qué envidia!! A mi El Mundo Sin fin también me gusta un montón y me parece muy buen juego, incluso mejor que su hermano mayor, Los Pilares. El Ascending lo pillo esta semana y estoy loco por probarlo ya que sólo leo maravillas de él. Con respecto al Drum Roll estuve al canto un duro de comprármelo, pero después de leer la reseña de la ficha negra me dio la impresión de que no me iba a gustar demasiado y tus palabras confirman tal sospecha. A ver si con las vacaciones de Navidad me puedo montar una semanita como la tuya. Un saludo

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  2. Que pedazo de macro sesión, aunque sea en varios dias.
    Has jugado a muchos de esos juegos que en algún momento me han llamado o que me llaman, y me has aclarado que el del circo es un no, y que el 20th century debo probarlo.
    Además tengo el Resident Evil sin estrenar, y cada vez me dan más ganas.

    PS.- Lo del Adios Amigos me ha pasado también, que a los que piensas que les va a gustar no les llama nada, y al revés.

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  3. Madre mía!!! Y todavía queda el fin de semana!!!

    La verdad que el caso primero que comentas de la amiga no jugona es bastante desafortunado, aunque también parece que ella puso interés cero en siquiera intentarlo.

    A mí el Adiós Amigos la verdad que siempre me da muy buenos resultados con no jugones, y el Thebes mucho más (menudo cachondeo con las bolsitas de arena ;D)

    Y de los demás, el Ascending Empires es maravilloso! Ayer precisamente echamos una a 2, que aunque se pierde interacción se gana en estrategia, y también está muy chulo.

    Y el 20th Century... yo también lo puse en la mathtrade! Jajaja!

    Un saludo!

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  4. Hola, majetes ;)

    ISRAEL: qué suerte tienes de ir a descubrir el Ascending esta semana. Yo pagaría por volver a estrenarlo y flipar en colores con sus mecánicas, jajaja. Lo único malo que le veo es que no suele funcionar con movedores de cubos sin alma (sin alma los juegos, no los jugones, se entiende, jeje). Respecto del drum Roll, yo lo probaría con la copia de otro, que nunca se sabe y nos puede llegar a gustar algo que a otro le ha parecido sólo pasable.

    KIKAYTETE: el Resident Evil te gustará si, como ya comento, el Dominion te gusta pero siempre te ha sabido a poco o le has achacado poca interacción o excesiva abstracción. Pero ¡cuidado!, que ya me he llevado algún chasco enseñándoselo a compañeros que gustan de Deck Builders y que lo han calificado de vulgar copia del maestro de maestros... Yo que siempre defiendo la originalidad en los juegos reconozco que en este caso, sin inventar casi nada, el juego copia unas mecánicas bien ideadas impregnándolas de un tema inmejorable al menos para los fans de la saga.

    LETHAN: el Ascending yo lo juego bastante con mi hermano Carlos, porque le verdad es que no gusta a todos los jugones, desafortunadamente, y a dos tira que no veas como ya sabes. El 20th Century, si no lo has probado creo que acertarás si te lo pillas, pues la "subasta de la mierda", aunque no es nueva, sí es más divertida que en otros juegos en los que se ha implementado, creo yo.

    Un abrazo a los tres ;)

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  5. Una pena que tu amiga te haya fastidiado medio puente, porque seguro que has pasado tiempo dándole vuelta al asunto. Esta claro que la que no encajaba era ella.

    Menos mal que lo has compensando con otras buenas sesiones esa misma semana.

    Sobre el Drum Roll esta es la tercera opinión no muy a su favor, una pena.

    Un saludo!!

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