Este fin de semana he tenido la oportunidad de jugar (con algunos de ellos rejugar) a tres juegos muy diferentes que me han llevado a una profunda reflexión (de esas que tengo a veces) acerca de lo diferentes que son los juegos de mesa unos de otros, lo cual explica en parte la fascinación que me provoca esta afición. También he llegado desgraciadamente a la conclusión de que cada vez me gustan menos y menos los euros puros, y mucho más los divertidos, los temáticos y en definitiva los que anteponen la interacción a la sesudez de sus mecánicas supuestamente bien engrasadas y magnánimas. Ese contraste tan revelador lo pude saborear en estas perlas que he compartido con amigos y familia estos días:
1) Trajan:
Esta era la segunda partida que echaba a este juego, el sábado (sesión dura), proponiéndolo yo mismo porque sabía que a muchos de los de mi grupo les encanta, y además yo quería darle otra oportunidad porque la primera vez que lo probé (creía que lo había reseñado, pero tras revisar las últimas entradas compruebo que no perdí el tiempo haciéndolo) me dejó un poco hecho polvo y ligeramente decepcionado.
El final de la partida |
Esta partida no sólo me dejó igual sensación sino peor. Hasta tal punto, que aún me estoy recuperando. Me explico:
No es que el juego me parezca malo. A mí casi nunca un juego me parece malo, y este no es un caso de ellos. Lo que pasa es que el juego adolece de un grave problema de solitarismo multijugador que para mi gusto le resta puntos como supuesto juego redondo y perfecto, uno de los mejores, según muchos, del pasado año. Yo creo humildemente que si es tan bueno, lo será en el universo de los juegos secos como el palo y sesudísimos, porque si se trata de arrejuntarnos 4 tipos en torno a una mesa y dedicarle dos horas y poco a resolver un puzzle personal e intentar hacerlo mejor que los demás, con la única y triste interacción existente en coger del tablero piezas que puedan interesar a otros antes de que tengan la oportunidad... qué queréis que os diga, pero para jugar solo cada uno a lo suyo prefiero mil veces quedarme en casa jugando un ICO ó comenzando un Dead Space 2 de mi PS3, que los tengo bastante abandonados desde que la robopilingui aprobó su oposición y me di cuenta de que vivía con una mujer.
Yo entiendo perfectamente que pueda gustar a mucha gente, y que sea considerado una obra maestra de los juegos de mesa, pero para mí no es un juego redondo ni tan jugable, porque elimina toda posibilidad de trapicheo, negociación, interacción REAL, emoción (al menos el tipo de emoción que a mí me va), sensación de epicidad, injusticia, y por supuesto temática. Teniendo en cuenta que es un juego "de etiqueta negra" (como he leído por ahí), un referente del tipo de juego al que uno, como jugón muy metido en esto, debe llegar algún día (constituyendo supuestamente el paradigma de los juegos de tablero modernos, asequibles cuando uno está ya preparado), ¿significa esto que eso es lo mejor a lo que se puede jugar?... Creo firmemente que no.
Y que conste que Stefan Feld me parece un diseñador digno de mi respeto, cuyos juegos me han hecho disfrutar mucho. Aún me parto la caja en cada partida de Die Speicherstadt (bien jugada, claro), aún sigo derritiéndome ante la solemnidad de perfecto diseño de In the Year of the Dragon (para mí, el mejor juego de este hombre hasta que termine de probarlos todos), y aún, no sé muy bien por qué, sigue apeteciéndome jugar a ese sencillo y abstractísimo Notre Dame. El resto de los que he probado, o los he cambiado o vendido o aún no he estrenado (como Luna y Strasbourg, para los cuales guardo grandes esperanzas). Es por esto que no creo que lo que me echa para atrás es la abstracción de los eurogames, sino la combinación de eso con la ausencia de interacción y con las mecánicas poco interesantes para mí.
A veces da la impresión de que un juego te tiene que gustar porque sí, y en ocasiones me sorprendo siendo la única voz que despotrica de un juego (al menos, eso me parece) yendo de ese modo en contra de la corriente general. Creo que el principal motivo de ese despotricamiento es el descubrir de vez en cuando juegos mucho mejores que los más conocidos, que sin embargo pasan desapercibidos e incluso te topas a la hora de proponerlos con los rostros "preocupados por no haberse oído nada del juego". Sé que es una Cruzada la mía innecesaria y poco fructífera, pero no sé, será que me metí en esto de los juegos para huir un poco de lo mainstream... Y uno nunca se puede escapar de lo mainstream, se ve.
2) 20th Century:
De este juego sí he hablado en más de una ocasión, desde que Eloy nos lo enseñó en las TdN del año pasado. Se trata de un juego de subastas que combina elementos de diseño de nuestra región industrial con la adecuada gestión de los desechos y contaminación subsiguientes, que nos obliga a mantener un equilibrio entre la producción que generamos y el reciclado de la basura que nuestro trabajo genera para el medio ambiente. En ese sentido el juego es hasta temático, si se me permite. Para hilvanar todo esto, el juego tiene dos importantes subastas que constituyen el esqueleto fundamental del juego: una es la subasta de las losetas de ciudad (que se resuelve de manera similar a otros juegos de subastas tipo Alta Tensión), y la que yo y mis compañeros denominamos "la subasta de la mierda" (una subasta en la que se paga por ser el que menos catástrofe medioambiental implemente en su región industrial, aunque casi todos se llevan algo de basurilla); ambas nos permiten ir creciendo, generar más y más producción (de dinero, ciencia y puentos de victoria, concretamente) y cuidar de nuestros desechos durante 6 rondas de juego bastante emocionantes y divertidas.
El final de la partida |
Y aquí es donde viene la inevitable comparación:
Para mí este juego es mucho más redondo, divertido, emocionante y completo, debido entre otros motivos a las dos interesantes subastas que propone. No deja en absoluto de ser profundo y denso, porque has de estar continuamente tomando decisiones, gestionando recursos, rompiéndote el tarro (y no en meros cálculos matemáticos, sino en decisiones importantes y continuas). Esto sólo significa que si tuviera que decidir entre ambos tipos de juego, siempre optaría por el juego que te permite engañar, proponer, liar a los demás, y a ser posible atacarle. Ya lo dije en la partida del Trajan: me siento como jugando a Sudoku con otras tres personas que a su vez juegan a Sudoku... pero en sus respectivos cuadernos. Y si me preguntan si me divertí en esa partida de Feld diré que un poco sí... pero no por el juego en sí. De vez en cuando bostezaba y me tenían que despertar para mirar en jodido mancala y decidir qué acción hacer...
3) Safranito:
Al día siguiente, nos dio tiempo de echar mi cuñado, la robopilingui y yo un San Marco (genial juego que jamás será superado, en el maravilloso mundo de los juegos de mayorías) y este que nos ocupa (del cual echamos dos partidas). Venía yo muy hypeado por culpa de nuevo de Eloy (porque mira que hypea el maldito...) y por tanto las expectativas fueron altas.
Me topé con él en mi búsqueda de Finger Flicking Games, y aunque este no es del tipo, sí me los recordaba bastante y no tuve más opción que adquirirlo (está en amazon.es a bastante buen precio).
La cosa va de que somos unos cocinerillos hindúes que debemos elaborar una serie de platos consiguiendo los ingredientes necesarios y siendo los primeros en cocinar aquéllos. Para conseguir los ingredientes (y realizar determinadas acciones) debemos "lanzar" (esta vez no se trata de golpear con el dedo) unos discos sobre el tablero, intentando que caigan (o se detengan, tras deslizarse tras la caída) en las zonas que nos permitirán comprar o vender determinada especia o realizar una de las cuatro acciones posibles.
Los componentes del jueguito en cuestión |
La única regla que figura en el libreto al respecto del lanzamiento, indica que no se debe pasar la mano más allá del borde del tablero, lo que te permite lanzar los discos desde donde y cómo quieras, pero nunca dejarlos caer desde la vertical de la zona que te interesa. Esto permite, entre otras cosas, impactar los discos de otros para alejarlos de su objetivo y dejar el tuyo en el sitio en el que estaba el anterior, por ejemplo.
Las partidas son rápidas y dan pie a la revancha. Resulta bastante divertido de jugar (debido a los piques, al puteo sibilino, al aumento de la destreza a medida que se juega y por tanto a la necesidad de demostrar nuestra habilidad en otra partida más), y creo que por diferente y original merece un hueco en las ludotecas de aquellos que les interese tener cosillas curiosas y divertidas como esta.
Este no lo voy a comparar con Trajan, ovbiamente, pues a pesar de tener cierta estrategia, yo lo considero mucho más táctico y por tanto más visceral y menos matemático (menos mal), y por supuesto con otras pretensiones y cubriendo un nicho muy diferente.
CONCLUSIONES
Tras la experiencia de este fin de semana, y dicho lo dicho, llego a varias conclusiones personales que espero me sirvan de algo:
a) Mi preocupante alergia a los euros puros, sin interacción, que refríen mecánicas o sensaciones ya muy vistas y que no me ofrecen gran emoción (al menos, no más allá que la de jugar a videojuegos solitarios). Y la puesta de manifiesto de que otros juegos menos famosos, y más originales, caen en el olvido año tras año (pocos nos arriesgamos a analizarlos).
b) La constatación, sin embargo, de que otros euros secos me encantan y disfruto mucho con ellos, a pesar de tener poca interacción también, por lo que espero que eso signifique algo...
c) Mi deseo actual de buscar juegos que poder echar con aquellos miembros de mi grupo actual que disfrutan más de ese tipo de euros pero que aporten algo de interacción (subasta, ataques, posibilidad de negociación, de engañar al otro, etc) que me motive jugarlos. La idea es buscar sesudismo interactivo. Menos mal que existen muchos juegos así...
Sé que hay que dejar de despotricar y disfrutar de todo y tal, pero creo que es natural una evolución dentro de la afición, lo cual considero sano y enriquecedor. Quizá ello me haga desprenderme de viejas obras maestras que en su momento me emocionaban, pero por otra parte ello me hace preguntarme qué lindezas me esperan más allá de la barrera psicológica que separa el reino de los euros del de los juegos... ¿temáticos? ¿de guerra? ¿divertidos? ¿más roleros? La Mare de Deu Señó... qué incertidumbre.
Así me veo en unos años... |
Entonces... cuanto por el trajan? :3
ResponderEliminarLa pena es no haberlo comprado, porque ahora no lo podré cambiar en la próxima MathTrade por un juego bueno...
Eliminar¿Te refieres a la nota que le pongo? En mi muy subjetiva opinión, yo le doy un 6.5.
Ah que pensaba que te lo habías comprado y me ofrecía a quitartelo de la ludoteca.
Eliminar(Farko)
ResponderEliminarLo de los euros puros lo entiendo, a mi me va pasando progresivamente. Me apetecen juegos temáticos y con mucha interacción. Pero sigo dando bandadas.
Esperaba que reseñaras negativamente el safranito (para quitarme el hype) pero no has hecho más que acrecentarlo. Sigue enfilado. Espero que para dos funcione.
Y de Stefan Feld por suerte he probado algunos/bastantes, y por ahora, mi favorito por rápido, interactivo y sencillo es Arena: Roma II (y que me mate quien quiera).
Muy buena reseña de sesiones.
Lo de las bandadas que sufres creo que es bueno, porque así podrás disfrutar de más juegos y de diferente tipo.
EliminarEl Safranito se supone que a dos funciona perfectamente. Es sólo que a tres y cuatro hay más puteo y por tanto más sensación de juego y más tensión. ¡Ay! Ojalá en Trajan se pudieran lanzar los meeples y quitar a algún mamón del sitio que ocupó tan vilmente. Ganaría bastantes enteros el juego...
El Roma está bien, pero a poca dosis, que a mí me empachó tanto azar y llevo ya un tiempo sin sacarlo.
Un saludo.
(Farko)
ResponderEliminarPor cierto, el Strassburgo es subasta pura. Toooda la partida con un mazo de cartas y tienes que tener la estrategia montada e intentando que no te la quiten. Merece la pena que todos los jugadores hayan visto las cartas de objetivo, porque añade mucho pique si descubres a lo que va otro jugador.
Eres el antihype!! Muy buenos tus comentarios.
ResponderEliminarSobre Feld... el diseñador de moda.
Hace muy buenos juegos (para jugar en solitario con otros jugadores). Muy buenos juegos pero más secos que comerse un mantecao en el desierto en pleno agosto.
A mí lo que más me pone también es el faroleo y la interacción, pero me gustan mucho los euros sesudos. Así que si encuentro un euro con tema, interacción y puteo soy el más feliz del mundo.
Si lo encuentro con una de esas tres cosas ya me conformo
CAAAAAAAAARSON CIIIIIIIIIIITY!!!
Si te digo la verdad, lo único que hasta ahora me ha tirado para atrás en el juego Carson City es la temática: me mola el rollo oeste en otros ámbitos, pero en el de los juegos me resulta... ¿ridículo? ¿extraño? El único que hasta ahora me ha gustado es el Dice Town, pero, ¿a quién no le gusta este?
EliminarYo estoy por fabricar unos cuantos robots medio tontos y jugar con ellos a Dune una y otra vez, porque humanos dispuestos a jugar cosas como esa yo encuentro bien pocos... :( Y ese es el tipo de juego que creo más me gusta.
Estoy contigo en que un juego es mucho más divertido si hay interacción, pero creo como hay tantos así cada uno puede elegir.
ResponderEliminarYo ya me estoy pensando ese 20th Century
Exacto, lo bueno es que hay tanta variedad que no da pie a pelearnos por los gustos. Bendita afición que no limita los gustos!!
Eliminar"Puteo sibilino" No se puede definir mejor el Safranito! En Málaga ha causado furor el puñetero, y la verdad es que es un puntazo.
ResponderEliminarEl 20th Century me lo regalaron por mi cumpleaños (por iniciativa de Eloy, precisamente; anda que no tendrían que pagarle comisiones las editoriales! xD) y nos ha gustado mucho también precisamente por lo que dices, porque la subasta de la mierda es de lo más divertido.
Un saludo!
PD: Que huevos con el Manhattan Project... xD
Me cago en mis muelas, si es que no estoy lo bastante obsesionado... :(
EliminarEl Safranito me toca probarlo a dos, a ver si tira. Es de ese tipo de juego que la primera partida dices: "joer, qué sencillo y tontuno es", pero luego te das cuenta de las posibilidades demoníacas que tiene, y terminas bendiciendo la compra ;)
Vaya tela con el safranito, ustedes seguir así que uno no gana para juegos. Me ha gustado ese toque original que tiene ya que aporta algo diferente en la ludoteca.
ResponderEliminarHe leído la pasión que tienes por el Trajan xD, menos mal que lo he jugado y aun así me jugaría una partida ahora mismo. Se nota esa evolución se los juegos temáticos e interactivos que se aleja a marcha forzada de los euros sesudos , poco interactivos y con tema pegado. Se refleja cada vez mas en tus entradas y se agradece este punto de vista aunque duela leerlo xD.
Un saludo y espero que nos veamos pronto
Ojo que el Safranito no es una bomba; tan sólo es divertido y tal, pero no tiene mucha estrategia, al menos no tanta como Ascending Empires (por compararlo con un juego más redondo y completo).
EliminarLo del Trajan lo veía venir hace tiempo. Pero ya te digo: la cosa es que otros euros sesudos me siguen encantando, a pesar de la falta de interacción (Troyes, In The Year of the Dragon, etc). Será cosa de la calidad global del producto, más que otra cosa.
En 4 palabras...
ResponderEliminarSA FRA NI TOOOOO
Donde se compra?
Un abrazo killo
http://www.amazon.es/Zoch-Gmbh-601129600-Safranito/dp/B003JZBCN2/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1332858592&sr=8-1
EliminarEste seguro que lo puedes jugar con tu suegra e incluso te gana...
No nadas solo con el tema Trajan, es lo más soso que he jugado en mucho tiempo. Una tremenda decepción. Otro de sus puntos en contra es gratificación inmediata y fácil de este juego. Ganas puntos hagas lo que hagas, no te cuesta nada y escojas la acción que escojas.
ResponderEliminarY que haya juegos más currados y originales y prácticamente desconocidos (o que no se habla de ellos)...
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