sábado, 4 de diciembre de 2010

Juegos decepcionantes en pareja (o sin ella)

Hace unos días jugamos a un par de cosas y a algo más que no recuerdo... Como no fue una noche muy productiva aprovecho para comentar brevemente algunos juegos que desde que tenemos uso de afición nos han adulterado alguna que otra velada (es lo que tiene poseer tantos juegos y tener que probar los dudosos en algún momento del año, con objeto de decidir si se quedan contigo o si los vendes/regalas/incineras). Ahí van unos pocos:

1) Hive: el jueguito de la colmena. Cada pieza es un bicho que se mueve de una determinada manera. La hormiga se mueve una vez colocada a cualquier localización alrededor de la colmena, la araña se mueve exactamente tres espacios, el escarabajo se sube a una pieza y puede caminar sobre ellas a razón de pasos de a uno, el saltamontes salta una serie de fichas en linea recta y llega al primer espacio libre en esa línea, etc. El objetivo es rodear a la reina del contrario con fichas de tu color. Para mi sorpresa, el juego quedó en tablas y no vimos la manera de que ninguno ganara al otro. ¿El juego está roto? No lo sé, pero esa resolución me dejó un poco decepcionado. Hoy probablemente lo probemos de nuevo, a ver si gana alguno. Como vuelva a desembocar en tablas, fijo que lo regalo o cuanto menos lo aparco un tiempo por ahí...

2) Robotory: como no nos daba tiempo de mucho más, le dimos otra oportunidad a esta caquita editada vete tú a saber para qué público. Efectivamente, como en mi primera impresión, es un juego demasiado sencillo y tontuno para nosotros, sin apenas dimensión estratégica. Consiste tan sólo (como el "Hive") en esperar a que el otro cometa un error y saber aprovecharlo. Sencillamente olvidable.

3) Robber Knights: este lo probamos en una anterior ocasión pero lo reseño aquí para rellenar un poco la entrada. No sé si es que a dos pierde bastante o es que sencillamente a cualquier número de jugadores decepciona como hizo conmigo. Las reglas, muy sencillas, debieron advertirme de la triste realidad. Se trata tan sólo de poner losetas alternativamente, y cada vez que pones un castillo colocas encima de él hasta 5 discos de madera de tu color que, inmediatamente y si quieres, desplazas sobre las losetas que sean posibles dejando en cada una el mínimo de discos requeridos por la naturaleza del terreno de que se trate. El objeto es cubrir con discos tuyos zonas de tu adversario, porque al final del juego puntúan para ti las losetas cuyo último disco en el montón que tiene encima sea de tu color. La idea parece buena pero a nosotros nos aburrió sobremanera. Mi novia incluso dijo: "para jugar a esta m***da, volvemos a jugar al Carcassonne". Y qué razón tenía... A punto estuve de darle puerta al juego cuando me di cuenta de que los discos de madera me vienen geniales para mis P&P, de modo que inusualmente, se quedará conmigo probablemente at infinitum...

4) Summoners Wars: el juego pinta entretenido tras leer las reglas, que son sencillas. Es visulamente atractivo (yo lo fabriqué entero, incluso el tablero, que quedó genial), y desplegado dan ganas de jugarlo. Sin embargo, me equivoqué e imprimí dos razas de diferentes juegos básicos, y aunque se supone que están equilibradas y no ha de haber problemas, los mazos estaban tan terriblemente descompensados que el juego se convirtió en un infierno (sobretodo para mí) en el que no podía hacer nada por evitar que mis unidades muriesen como perros. La Robopilingui, aún ganando, tampoco disfrutó de la partida por resultarle demasiado fácil partir el espinazo de cada uno de mis valerosos (aunque mugrientos y miserables) lacayos. Una pena porque el juego prometía. Hemos pensado en volver a probarlo imprimiendo otra copia de una de esas razas y jugando cada uno con la misma raza, por tanto. Intentaremos darle otra oportunidad antes de enviarlo al cementerio de mamuts de los juegos rotos y/o sin sentido...

Y no se me ocurren más engendros infectos que reseñar por el momento, lo cual debe ser buena señal...

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