sábado, 18 de diciembre de 2010

Sesión sevillana

Con motivo de mi visita de ayer a Sevilla tuve la oportunidad de compartir mesa con gente a la que había leído con frecuencia en LaBSK y a la que aún no conocía (bravucon, Fran Moli, y dos chicos más de los cuales no recuerdo el nombre -sorry!-). Amablemente me invitaron a casa de uno de ellos y pude probar un par de juegos que estuvieron bastante bien:

1) Toscana: un reciente euro comprado por uno de ellos en el último Essen y del cual había oído hablar por ahí de manera positiva. Aunque no se parecen en casi nada, no sé por qué pero me dio sensaciones similares a Fresco, quizá porque ambos son juegos de colocación de trabajadores, que no aportan mucho nuevo al panorama lúdico pero que funcionan bastante bien con sus conocidas mecánicas, acompañados además de una temática curiosa que a mucha gente resulta simpática. Toscana engloba además aspectos económicos, pues nuestras acciones pueden propiciar que el precio de los vinos suba o baje en función de la oferta y la demanda que haya de los mismos. Los trabajadores que enviamos a los diferentes campos, se quedan permanentes en los mismos, de tal modo que tales campos sólo serán productivos
si los regamos (con la correspondiente acción), gastando agua que generará una o varias cajas del vino correspondiente al campo en cuestión. También podemos comprar o vender cajas de vino, en el momento que queramos del turno de acciones, lo cual también influirá en el precio del vino para las rondas posteriores. Otra posibilidad del juego es "contratar" a un personaje de los dos disponibles, que permiten la subida o bajada de los precios vinícolas (simbolizando con su acción la introducción de rumores al respecto de la calidad de los mismos en la fiesta que se supone que es el juego, en donde se bebe, se negocia, etc). Tiene su "chicha", bastante estrategia, y se gana cuando se tiene más dinero que los demás al final de la partida. Un juego curioso y que funciona muy bien, aunque no sea de los que más me atraen por temática.

2) Evo: después le metimos mano a este jueguito (aprovechando que éramos 5), un juego al que por cierto tenía muchas ganas de probar para decidir si fabricarlo o no (aunque ya lo tengo impreso hace tiempo, aún no le había metido mano). El juego es bastante fresco y divertido, y engloba varias mecánicas curiosas y que funcionan igualmente bastante bien. El tema es además bastante simpático: cada jugador controla a un tipo de dinosaurio, que lucha por sobrevivir en unos tiempos dominados por los cambios climáticos continuos y por la competencia entre las especies por la supervivencia en tierra hostil y en la que escasea el alimento, el espacio, etc. Para ello, los dinos se mueven, se reproducen, adquieren nuevos genes (que los protegen contra el frío o el calor, les permiten parir más crías, ir más deprisa, poder defenderse mejor de sus semejantes, etc) y por tanto intentan extenderse y dominar Pangea, el escenario jueguil en este caso. Lo primero que se determina es la iniciativa (en función de quien tiene la cola más larga, y si hay empate, se recurre al que tenga menos dinos vivos, que irá primero), después se mueve el marcador de clima (que hace que sea más difícil o más fácil sobrevivir en determinadas regiones del tablero, y que obligará a los dinos a huir de los sitios hostiles y permanecer en los aptos para la vida reptil), posteriormente hay movimiento (y podremos mover de sitio un dino por cada pata que tengamos en nuestro tablero personal), que puede generar batallas (cuando el movimiento termine en un sitio en el que haya apostado un dino de otro jugador y tengan que pelear por tanto para ocupar la zona, ya que sólo un dino puede permanecer en cada una de ellas). Las batallas se resuelven en función de los cuernos que hayamos conseguido a lo largo de la partida y que también viene reflejado en nuestro tablero personal (que simboliza el conjunto de genes que hemos conseguido y por tanto lo que ha evolucionado nuestra especie). Después se producen los nacimientos de nuevos dinos (en función de los genes de "huevo" que tengamos), tras lo cual sobreviven los bichos que se hayan resguardado convenientemente en función del clima en esa ronda, y se adquieren puntos en función de los dinos que hayan sobrevivido. Después viene la fase de genes, en la que se sacan al azar tantos como jugadores haya y se apuesta por ellos con puntos de genes (los puntos que dan la victoria al final del juego), en donde la subasta termina cuando todo el mundo se ha quedado con un gen de los sacados. El juego acaba cuando "el meteoro" llega a la Tierra (existe un marcador de meteoro que avanza una casilla cada ronda, y en las últimas se tira un dado para ver si llega a la Tierra o no), y en ese momento se cuentan los puntos de genes que hemos logrado acumular, ganando evidentemente el que más tenga.

El juego gusta bastante porque puede generar piques entre los jugadores, provoca tortas a mansalva, incluye una subasta bastante divertida, cartas que pueden romper tu estrategia (tiradas en el momento adecuado), y muchos detalles que lo hacen tan curioso y estimulante como su hermano lejano Ursuppe, obra magna de los juegos europeos para mí. Como éste, me imagino que funcionará mejor en grupos que soporten el puteo y en los que la gente sepa a lo que va, porque me dio la impresión de que, a menos que lo juegues mucho, es difícil jugar a ganar (y que te salga bien) debido entre otras cosas al pequeño efecto caótico que proporcionan las cartas y a lo agresivo que puede llegar a ser la subasta (que, al menos a mí, siempre me cuesta dominar). Mola porque es de esos juegos en los que, si vas el último, piensas "mierda, no tengo opciones de remontar... pero alguna leche sí que voy a soltar" y, como me pasó en aquella legendaria partida a Shogun, opté en este caso por intentar fastidiar (con moderación, of course, y por lo menos reirme/nos). Y es precisamente esto lo que hace bueno al juego: aunque vayas perdiendo te ries, ¿y para qué otra cosa si no jugamos?

Por cierto que este Evo me recordó no sé muy bien por qué a Runewars (salvando las distancias, claro), pues igualmente (al menos en tema) el juego va de dominar un grupo de "entes", que crecen en número, se desarrollan, ocupan espacio, y cuando se topan unos con otros en determinado momento de la partida, vienen las leches, con objeto de que sobrevivan los más fuertes y se consiga la condición de victoria (allí, puntos de genes, en éste, runas). No es que sean lo mismo, pero con Evo te ries igualmente, hay tortas similares, etc. Eso sí, es menos complejo, la partida es más corta y, por supuesto, es un juego mucho más barato...

4 comentarios:

  1. Muy buenas.

    Acabo de descubrir tu blog.

    Te añado a mi lista de enlaces en http://theblackmeeple.blogspot.com/

    Saludos y ánimo con el blog

    Mr. Meeple

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  2. Muchas gracias, señor meeple. Leo el tuyo con frecuencia, y me siento identificado con algunas de las situaciones que relatas en tu blog, que me parece bastante bueno (además, tus reseñas me orientan bastante, pues por ejemplo, gracias a tu descripción del "Troyes" acabé comprándomelo la última vez que pasé por la Dracotienda, pues los juegos de dados me gustan mucho).

    Un saludo. Nos leemos!!

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  3. Bueno, al fin te has decidido a sacarlo a la luz, justo ahora que vas a emigrar!!!

    Que sepas que voy llorando por los rincones, lo unico que me queda esestas ultimas partidas navideñas que jugaremos.

    Snif

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  4. Al final me iré más tarde de lo que piensas, ya verás, yerno, lo que nos dara tiempo a jugar...

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