lunes, 14 de febrero de 2011

Nueva andadura en tierra natal (y primeras partidas)

Pues eso, que andamos ya por casita buscando compulsivamente gente a la que engañar, cosa harto difícil y hasta cierto punto desagradable, porque como toda familia (política o no) y amiguetes saben la dolencia que sufro últimamente, parece inevitable que llegue ese punto de inflexión en nuestros encuentros caseros en los que surge la necesidad de sacar el tema tabú por antonomasia y ofrecerme la posibilidad de sacar algún jueguillo casi por pena hacia mi persona...

A raíz de esa dificultad/prejuicio/incomprensión/miedo de los seres humanos que me rodean en esta nueva y a la vez vieja tierra que volvemos a habitar respecto del asunto lúdico, cada vez saco menos el tema, insinúo menos mis deseos jueguiles, y me dejo llevar más. Afortunadamente, las oportunidades de sacar un juego no menguan y eso alegra mi corazoncito, y me permiten no fenecer de inanición intelectual de aquí a que conozca otros jugones enfermos con los que perder el tiempo a la sombra en mi ciudad. Estoy seguro de que esas oportunidades que surgen como por pura casualidad tienen alguna relación con la colección que ahora ve la luz en el mueble-estantería del salón (que ocupa, por cierto, media pared, y que arranca necesariamente algún/os comentario/s de todos y cada uno de los incautos que visitan nuestro nuevo piso en estas fechas de inauguración y regocijo). Nunca había puesto todos los juegos en un sitio tan público y tan transitado, y la verdad es que cuando abrí la octava caja de cartón y coloqué los últimos ejemplares en los huequillos respectivos, me tomé unos segundos de reflexión, llegando a la conclusión temporal de que quizá (sólo quizá) por el momento ya tengo SUFICIENTES juegos (aunque a día de hoy sigo creyendo que los juegos son para mí como los bolsos para algunas chicas: por muy bonitos que sean los que tienen, nunca son suficientes). Ahora ondean a la luz del Sol como una bandera cegadora que disipa dudas y establece una pesada idiosincracia alejada de toda posible malinterpretación. Mejor así que intentar convencer inútilmente a nadie. Es así un trabajo que a veces se hace solo, jeje...

Supongo que no me puedo quejar porque en las dos últimas semanas he jugado en un par de ocasiones. Lo único es que, por supuesto, los encuentros han sido mucho, muchísimo más descafeinados que los últimos que tuvimos mi grupo de juego y yo en tierras levantinas (lo cual es normal), y quizá no tan intensos y divertidos, aunque sí muy interesantes y prometedores, que sientan las bases de futuros y enriquecedores encuentros. Y, sobretodo, fue con gente a la que aprecio bastante, y algunos de los cuales incluso serán arrastrados inevitablemente al vicio de mover cubos y carticas a la sombra.

LA PRIMERA VEZ fue hace dos sábados, en la cual decidimos quedarnos en casa (había gente enferma de la noche anterior), en donde hicimos de comer y todo eso, teniendo como colofón la velada los consabidos juegos que todos sabían iban a salir a la luz (y lo deseaban). Estábamos la robopilingui, su hermana y hermano, un amiguete de toda la vida apodado el becerro, y yo mismo. Me hizo bastante gracia prepararme cosas tan "tochas" como Evo o Alien Frontiers, y tener que conformarme luego con poder sacar un Ciudadelas al son de "saca algo con lo que no haya que pensar mucho y que no sea muy largo, por favor". La verdad es que el juego es muy bueno y a mí me encanta sacarlo con no-jugones, porque suele sorprender bastante con sus mecánicas, con el puteo bellaco que tiene, con el aparente caos que parece dominar el juego y que frustra tus estrategias, etc. Sin embargo, el juego fue un poco a trancas y barrancas porque la gente (yo incluído, of course) tardaba mucho en elegir rol y por tanto las rondas se sucedían a trompicones. Menos mal que determiné el final a 6 distritos construidos, por lo que afortunadamente no se hizo ni largo ni pesado. Yo sólo con ver cómo unos puteaban a otros, y éstos luego lo devolvían con saña (si podían) disfrute como un enano. Supongo que cuando repitamos este juego la gente sabrá mejor cómo desenvolverse y por tanto el puteo será más ruin y sobretodo más dinámico. El siguiente juego que saqué fue pedido por aclamación popular: el magnífico y divertido como él solo Condottiere, al cual (como siempre pasa cuando lo saco) echamos dos partidas (una para aprender estrategias y significado de cartas, y otra para jugar en serio), tras lo cual la gente se quiso retirar porque algunos estudiaban al día siguiente (cosas de jugar con gente bastante más joven que uno mismo, ajuuu...).

LA SEGUNDA VEZ fue ayer noche con una pareja que nos visitó (god4saken y señora) y con los cuales jugamos tan sólo 2 partidas a 7 Wonders, ese bendito juego que engancha a todo el mundo y que siempre se quiere repetir sin saciedad (y que por ello me asqueó un poco cuando apareció en el grupo y no parábamos de repetirlo, aunque después empecé a apreciarlo, jeje, e incluso me lo fabriqué). La primera partida fue un poco a trancas y barrancas (hasta aprehender bien las reglas, los iconos, los costes, etc) y la segunda sí fue mucho más fluída, y yo creo que gustó. También eché con god4saken un Hive, que creo que le gustó.

Y eso es todo lo que he jugado en dos semanas. Para mí es una miseria, pero como ya digo, no me puedo quejar porque ha sido en general con gente no-jugona y a la que espero enganchar en esto, al menos a un nivel de usuario que nos regale gratas veladas cuando no nos apetezca o no nos venga bien salir o hacer otra cosa.

Y no pongo fotos porque está claro que eso no se puede obtener en este tipo de partidas de familia/amigos. Pero qué os voy a contar yo, enfermos amiguetes, los únicos que entendéis esto...

3 comentarios:

  1. Pues sí, yo te comprendo.

    Pero no te preocupes, como dice don Alfredo (Di Estefano): la suerte va por barrios.

    Y he pasado vacas flacas y en lo que va de 2011 llevo quedadas todos los fines de semana (muchas por partida doble) y 47 partidas jugadas (muchas a juegos gordos)

    Así que ánimo!! y a darle al vicio todo lo que se pueda

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  2. Buff!!! La verdad es que el trabajo de misionero lúdico es bastante complicado y hay que currarlo finamente. A mi me costó lo mio con mis amigos de toda la vida (que no son con los que suelo jugar) y mi familia pero al final he conseguido que se enganche más de uno. La evangelización ha de ser cuidadosa y lenta. El condottiere y el ciudadelas son grandes juegos para abrir boca. Yo suelo utilizar el Keltis y sobre todo el Aventureros al Tren, la gente lo flipa con éste. Depués añado un Catan, un Carcassonne o un Alhambra. Sólo cuando veo que a la gente le va picando el gusanillo y va cogiendo las dinámicas meto juegos más complejos. En cuanto al 7 wonders... Dios!! Qué tendrá ese juego que a todo el mundo engancha??? A mi personalmente me está empezando a quemar lo de echar tres partidas seguidas cada vez que lo saco, pero si a la gente le gusta....
    En cuanto a lo de no parar de comprar juegos yo ya me doy por vencido y mi novia también. Sinceramente, casi voy a uno o dos por més y el único inconviente que le veo es el espacio y que no tengo tiempo material para jugar a todos, por lo que tengo ya unos cuanto que todavía no he estrenado. Pues lo dicho, suerte en tu nueva andadura. Un saludo.

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  3. Gracias por los ánimos.

    La verdad es que jugar siempre terminas jugando, a pesar de que pasan los días y siempre piensas que nunca caerá una velada de las que a ti te gustan. Ni siquiera creo que esté en vacas flacas, realmente, aunque sí es verdad que las maratones que me pegaba hasta hace poco puede que tarden un poquito más en llegar. Menos mal que esta ciudad es muy jugona y hay mucho enfermo suelto, jaja.

    Respecto de la evangelización, siempre la he odiado desde aquella vez que saqué con no-jugones un AoE III y por poco me cargo alguna amistad, vaya cagada. En breve sólo sacaré algo con novatos cuando me lo pidan... espero. Y sobretodo juegos de nivel bajo-medio (ya veremos, jeje).

    Comprar seguro que compro menos porque este año los gastos han aumentado un poco y el margen de pasat mensual destinada a juegos ha menguado un pelín... Pero siempre caerá algo, aunque cosas concretas y necesarias (supuestamente).

    Saludos.

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