jueves, 13 de octubre de 2011

Festival de Juegos de Córdoba (I)

Ya tocaba actualizar el blog, tras meses de profundo barbecho renovador, y qué mejor manera de hacerlo que reseñando brevemente tan magno evento, que tan bien nos ha hecho en recientes días. Además, el premio a nuestro amigo Diego ha reavivado el deseo y la necesidad de compartir con otros aficionados las impresiones que recibimos de los juegos que vamos probando, así como mi opinión y valoración, por si a alguien puede servir.

Esta ocasión fue especial porque parte de la delegación valenciano-zaragozana de El Hombre Que Rie hizo acto de presencia no sólo en nuestra ilustre ciudad sino en mi humilde casa, con la satisfacción y buenos recuerdos que ello provoca.

Sin más dilación, las cosicas que hemos probado juntos durante estos días han sido:


Juegaco como pocos. Me resistí a adquirirlo tras leer las barbaridades vertidas en negro sobre blanco acerca de su horrible tablero, los problemas que provocaba, los combamientos (que no combos), la frustración que generaba, las ganas de defecar sobre el Hombre Z que te daban, etc. Sabía que me iba a gustar, pero no obstante me resistí con vehemencia tauril, hasta que leí una estimulante reseña del compañero Lethan, que no sólo no lo ponía a caldo sino que hasta quitaba hierro sobre el asunto. Como yo sólo necesitaba un pequeño incentivo para gastarme los cuartos ciegamente, se lo pedí al siempre bienintencionado Isra de Juegamestore.

El juego es bastante original. Cuando le dices a la gente que va de pegarle a tus naves golpes con el dedo, como con las chapas de cuando éramos liliputienses, primero ponen mala cara y luego se sonríen esperando lo mejor. En otras ocasiones, la posesión cúbica-puzzlera de algunos les hace rechazar el invento con certeza alemana, alejándoles de tan divertido experimento asustados por la posibilidad de pasar hora y media sin pensar demasiado. Pues qué quereís que os diga, a mí me ha parecido muy divertido y original, de turnos rápidos, tronchante (soy malísimo para los juegos de destreza, y de ello se aprovechan mis allegados), diferente a todo lo que había jugado antes, muy rejugable... En fin, lo tiene todo, hasta análisis-parálisis si lo deseas.

En fin, nos gustó a casi todos salvo a una persona que literalmente sufrió durante la partida. Si es que va a resultar que aún no se ha diseñado el juego perfecto que guste a todos, jajaja.


No me cansaré de enseñar este juego, de alabar en público sus bondades, de referir una y mil veces que esto es lo que tenía que haber sido el 7 Wonders (y no esa mierdaca fillercilla y aburrida), de lamentarme en solitario de que no lo conozca ni Cristo y a otras basuras las conozca hasta mi suegra que apenas juega. Gusta a casi todo el mundo (sólo desagrada, de la veintena de personas a las que se lo he enseñado, a la mayoría de los de mi grupo de Córdoba, vaya una suerte...), es relativamente rápido, tiene decisiones importantes que tomar, tiene una subasta interesante (para los que nos gustan las subastas), y aunque los tableros personales son un excremento, la robustez de las losetas compensa la calidad de los componentes.

En esta ocasión gustó a todos los presentes. Y a lo tonto a lo tonto es el juego al que más partidas he echado este año (con la honrosa excepción de ese magno y perfecto Hive).


Compré este juego en una oferta de una tienda online, esperando que fuera el sumun del divertimento y cachondeo, al menos a raíz de leer las reglas, y lo único que ha hecho es decepcionarme cada partida más. La cosa es que a mí me gusta, es un juego de destreza, sin apenas estrategia alguna, que va tan sólo de ir apilando dados de madera mal cortados adrede unos sobre otros, en la "empresa" en la que inviertes, procurando que la torre no se caiga, y con objeto de ganar dividendos al final de la ronda o si logras poner más de cinco de golpe sin que el proceso financiero dé al traste con el negocio. De las varias personas a las que se lo he mostrado, sólo ha hecho gracia a una (mi hermano, aparte de mí, que no valgo), por lo que concluyo que el juego es nefasto y ausente de sentido. Lo cual me duele, porque aún sigo teniendo ganas de probarlo y encontrar a alguien que se parta el culo con él. ¿Alguien se presta al experimento?


4) Papua:
Este juegaco, cocreado por el amigo Diego, de Gaming With My Suegra (el honorable premiado y homenajeado), y por Comet (un chaval al que aún no conozco y con el que me gustaría compartir mesa próximamente) nos fue puesto delante de las narices nada más aterrizar en el Festival. Ya lo habíamos probado en casa, en fase tester, hace unos meses, en nuestra época dorada castellonense, y como había habido algunos cambios de reglas significativos, decidimos probarlo de nuevo en su versión casi final (quedan algunos retoques, sobretodo del tramo final). Los otros comensales lúdicos eran el propio Chemo, Stephane (de 5mpj) y el hijo de este, del que siento decir que no recuerdo el nombre pero que nos apalizó sin piedad desde casi el principio...


El juego va (a grosso modo) de explorar la isla de Papua Nueva Guinea (creo que en la época en la que sólo se llamaba Papua) ayudados de nuestros inestimables científicos cúbicos (quizá es que sean alemanes, jeje). La verdad es que, aunque el diseño gráfico no es definitivo, en mi calenturienta mente tiene una ambientación steampunk brutal, y en el juego en realidad somos gente retrofuturista vestida con cuero, rodeada de humo y vapor, que sueña con que en el centro de la isla vive un malvado científico loco que controla una máquina infernal, gigante y a lo manga, que ansía dominar el mundo, jajaj (aunque el juego nada tiene que ver con esta loca premisa, y en realidad va del muy sano ejercicio de la exploración). Es un juego de dados (un festival de los que a mí me encantan), con mecánica de colocación de trabajadores, en el que el jugador inicial decide qué valor de dado corresponde a cada zona de colocación de científicos, y los demás, en el resto de la ronda, deben plegarse a esos valores, colocando sus cubos en función de sus respectivas tiradas al inicio del turno. Hay diversas acciones que se pueden hacer, siendo una de las principales la obtención de cartas mediante una puja oculta bastante jodida que es prácticamente el núcleo del juego. Las cartas pueden ser canjeadas por comida, dinero, etc, y si son conservadas al final del juego dan mogollón de puntos, por lo que una de las estrategias puede ser el acumularlas y darlo todo en la subasta.

A destacar que los jugadores parten con 50 PV desde el principio y que sus acciones van gastando esos puntos, pues generan cansancio que se va registrando en un marcador en torno al tablero, que hace al mismo tiempo las veces de visualizador de orden del turno en cada ronda (pues el que está más atrás, es decir, menos cansado, juega primero).

Un interesante juego que espero guste a las masas y que tenga el merecido reconocimiento.


Este otro juego, probado en casa por segunda vez, es también de Chemo. Es un filler divertido, también tiradados, y del cual empieza a escucharse hablar por ahí, gracias entre otras cosas al video que Stephane de 5mpj grabó sobre él. En el video se explica perfectamente de qué va el juego, así que sólo diré que el juego es divertido, entretiene, dura unos 20 minutos y da para bastantes risas. Con los cambios efectuados, el juego gana bastante, entre otras cosas porque ahora las apuestas secretas vienen predeterminadas, lo cual asegura que los intereses en que las avestruces lleguen según determinado orden están repartidos, lo cual disminuye el caos que podría generar esta mecánica. Espero que Diego tenga mucho éxito con él.



Tuvimos la suerte de encontrarnos con Fernando Abad (fenolin), plantado por allí con su flamante y supertesteado juego. Ya había oído hablar de él, y cuando me invitó a sentarme con una amiga y probarlo a dos obedecí encantado. A fenolin lo conocía por sus rediseños, que descubrí al principio de interesarme por esto de los juegos (en la época en la que printanpleaba bastante, para suplir la falta de conocimientos y para rellenar el tiempo libre que tenía), y por haberme fabricado el Confucius (cuyo rediseño, para mi gusto, supera al original), por lo que lo consideraba casi de la familia.

El juego va de que tienes 3 feudos que gestionar (enviando vasallos a trabajar en ellos, obteniendo materiales y recursos, esquivando al recaudador, etc), como buen señor feudal, mientras ayudas a la construcción de la catedral (lo cual te da puntos de victoria, objetivo del juego) y de otras estructuras.

La mecánica principal del juego es la gestión de recursos de tus feudos, sumado al uso de un mazo que te vas creando con cartas disponibles a la venta y mejora, que te orientan (pero no condicionan necesariamente) en esa gestión. El juego tiene mucha más profundidad que otros Deck Buildings que he probado, y por tanto da para muchas partidas interesantes y novedosas, sobretodo porque en cada partida salen al azar una serie de Maestros (que te sirven para conseguir completar las estructuras que dan los puntos), y hay muchos de ellos, por lo que la rejugabilidad está garantizada.


Espero que Fernando tenga mucha suerte con él y que encuentre distribución, a ser posible española, que el juego lo merece.

Y esto por ahora, que escribir cansa y jugamos a bastantes cosas en esos tres aventurados días de Festival. Me alegro por cierto de haber probado tanto prototipo. No está la cosa falta de ideas...

7 comentarios:

  1. Me acabo de enterar de que tiene usté un blog!

    Me alegro de que te gustase el Ascending; me sentiría culpable si no ;D

    Y entre una cosa y otra me estáis picando de mala manera con el Peloponnes y con las avestruces de Chemo, que todo el mundo lo pone por las nubes :)

    Un saludo y a ver si gestamos el TI3!

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  2. Gran cronica para los que no pudimos asistir. Como co-creador del Papua me alegra mucho que te guste y disfrutes jugandolo, y muchas gracias también por llamarme "Chaval", que a estas edades se agradece :D
    Lo de compartir mesa será un placer en cuanto se presente la ocasión :)

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  3. Hey Marco, gracias por los buenos comentarios, ya te daré lo tuyo ;)...

    Espero con ansias tu crónica de la partida al Ghost Stories

    Un abrazo

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  4. Que alegría leerte de nuevo!!! El otro día estuve apuntito de probar el peloponnes, pero me había metido en una partida al Stone Age y al final no me dio tiempo...El Ascending Empires caerá seguro en el próximo pedido. Un saludo

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  5. Sorry por no responder, que he estado de voyage astralll.

    Lethan: a ver si es verdad y montamos ese TI3, aprovechando que estoy de vacas aún. Pero con la condición de que hay que ver salir el Sol...

    Comet: cuando quieras echamos un Papua o lo que quieras, que siempre apetece conocer a la gente jugando (que es donde se la conoce). Un saludo.

    Chemo: a ello voy. ¡¡Mirada Yin-Yan!!

    Israel: gracias por tus ánimos. ¡Nos vamos leyendo!

    Y a todo el que no haya probado el Peloponnes y ande vagando por las tinieblas de juegos convencionales y bien conocidos (que también molan, no digo que no): ¡por favor probadlo si tenéis oportunidad! Aunque ahora pienso que de tanto venderlo vais a esperar un nuevo TtA y no os va a gustar :(

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  6. El blog vuelve a la vida!!!

    vaya risas en las jornadas de cordoba, y por cierto aun le estoy dando vueltas a donde le ves el steampunk al papua, vaya mente retorcida la tuya XD

    me quede con las ganas de jugar otro ascending empires, con lo que mola mandar tus naves de exploracion astral a base de chinazos!

    Y si, yo tambien reivindico el pelopones como juegazo, quizas si hicieran un rediseño decente y no pareciera que estas comprando un print and play...

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  7. Sobre el Peloponnes estoy pensando en hacer una reseña próximamente (la primera que haré jamás, jajaja), a ver si así se le hace justicia. Lo malo es que no le hago ningún favor al Eisenstein, porque creo que el juego está agotadísimo...

    ¡¡Arriba Ascending Empires!! ¡¡Abajo los euros sesudísimos atematizados!!

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