Qué barbaridad, casi tres meses sin escribir. Está claro que no gano pasta ni me regalan juegos con este blog, ha ha ha.
Más bien al contrario, como no pretendo agradar a nadie ni formar parte del mundillo, me siento libre de decir lo que quiera respecto de los juegos que pruebo y que tengo la oportunidad de compartir con otros humanos. ¿Para qué jugamos si no? Yo al menos lo hago para poner en práctica dinámicas de grupo que difícilmente verían la luz con otro tipo de actividad. Lo bueno que tienen los juegos, en cierto modo, es que todos los que rodean la mesa están sometidos a las mismas reglas y limitaciones; he ahí el por qué es habitual encontrar en estas actividades a gente de todo tipo de edades, formación e incluso nacionalidad. Su realización no está sometida a capacidad física (al menos en principio, claro, salvo casos de discapacidad visual por ejemplo), ni a las habilidades que posea uno (al menos, no en todos los juegos). En general, se trata de una actividad integradora, que trata a todo el mundo que participa por igual y que incluso fomenta el aprendizaje.
Todo esto creo que viene a raíz de aquella polémica entrada que nuestro compañero y amigo Lethan publicó hace poco en su blog y relativa a la autocensura y las buenas maneras. Me encantó lo que expuso, y fue muy enriquecedor leer los comentarios de esa entrada. Casi todas alababan la actitud crítica y ácida de Lethan. Yo aplaudo propuestas como estas y me encantaría que todos los blogueros fueran lo más políticamente incorrectos que les fuera posible. No se trata de incendiar la blogosfera, entre otras cosas porque quizá no fuera necesariamente productivo, sino de decir la verdad sobre lo que se piensa y orientar adecuadamente al resto de compañeros de afición. ¿Para qué escribimos? Yo (aunque poco, ha ha ha) lo hago a partes iguales para llevar un guión de lo que he jugado y para exponer mis impresiones sobre los juegos que he tenido oportunidad de probar y que espero sirva de orientación (para futuras compras, por ejemplo) para el resto de compañeros. Nada más que eso.
Sin embargo, asistimos en ocasiones a lamidas de genitales de manera más habitual de lo que yo desearía, en relación a juegos españoles, editoriales españolas y a gente del mundillo. Eso a mí me da igual, pero sólo quería reflejar el hecho de que muchas veces se usa este medio (libre, universal y que da la oportunidad de que mucha gente te lea) para ensalzar a los amiguetes, hablar bien del producto patrio y demás actitudes completamente respetables pero poco interesantes para mí. Todo en este mundo está impregnado de política, de intereses, de publicidad encubierta. En el fondo me da igual, pues a mí me basta con no leer esas entradas y centrar mi poco tiempo disponible para leer reseñas objetivas o lo más realistas posibles. Pero puede que gente que esté empezando en la afición se lleve alguna que otra decepción si tras leer estas cositas se anime a "apoyar el producto nacional" sin acordarse de que esto de lo lúdico es un arte en el que uno se mete (supongo) para disfrutar de las creaciones que se hacen en todo el mundo y pasar así una más agradable existencia en nuestra vida ociosa. Pero claro, ese es sólo mi interés y mi opinión. Aunque no sé, me apetecía manifestarlo.
Y dicho esto (sin ánimo de levantar ampollas sino tan sólo de decir algo que hacía tiempo me apetecía decir, a modo de opinión unilateral), me dispongo a poner al día el blog, que abandonadito lo tengo. A ver si soy capaz en los próximos días...
Después de tanto silencio hay que darte una bienvenida.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada de vuelta, la cual suscribo. Lo que pasa es que, la red, tiene su parte buena y mala. Desde el momento que las reseñas y opiniones de la red marcan las ventas de un producto, las empresas implicadas se meten de manera mas o menos directa para condicionar estas opiniones "sinceras"
Ya, ya. La cosa es que no personalizo. Es sólo que con el tiempo, tras pocos pero intensos años de afición, veo apesadumbrado que todo el politiqueo y rapiñeo que impregna muchos de los juegos que nos encantan también contamina este mundillo... En fin, se trata sólo de aceptarlo y tirar p'alante. Y eso que a mí no me afecta en absoluto, jeje.
EliminarBienvenido otra vez, que ya tocaba!
ResponderEliminarDel tema este de las lamidas de genitales (xD) ya se sabe lo que pienso, así que... como tú dices, que cada cuál seleccione la información que le parezca más adecuada, que ya somos todos mayorcitos :)
Un abrazo!
No sé si llegó a publicarse mi opinion en el blog de Lethan...
ResponderEliminarPero vamos, que si a alguien le interesa lo que yo piense (ejem, sospecho que a nadie), subscribo todo lo que él comentaba y, por ende, todo lo que pones tú aquí.
Cómo me gustan, a la par que ayudan antes de comprar compulsivamente, las opiniones acidas,, irreverentes, políticamente incorrectas y sobre todo sinceras, sobre los juegos!
Y, por cierto, magnifica tu exposición sobre porqué jugamos: personas diferentes sometidas a las mismas reglas y limitaciones, etc, es casi para cogerlo, entrecomillarlo y ponerlo en un epitafio (muahaha) o algo.
ResponderEliminarPor otro lado también se puede aplicar a la fase de concurso de una oposicion, fijate...
Me voy a la cama que ya solo escribo tonterías.
Jajjaja. Me alegro de que te guste la acidez en las críticas lúdicas. Yo voy un poco quemado, lo reconozco, pero sólo me pasa desde que me di cuenta de lo mainstream que a veces me parece el mundillo.
EliminarHas comparado lo de los juegos con las oposiciones, ajjaj, y la verdad es que me gusta, porque igualmente es otra parcela de la realidad social en la que, como aquí, todos somos iguales (ejem, por regla general) y con las mimas opciones para ser reconocidos. Menos mal que en una partida no puede haber enchufados...
Un saludo.