lunes, 5 de noviembre de 2012

Visita a Lex Ludi Malacitana

La semana del 22 al 28 de octubre hubo un día festivo en Córdoba, un miércoles de esos que generan un macro-puente de seis carriles que convierten una semana casi en vacaciones. Logré conseguir días libres el jueves y el viernes, por lo que estuvimos valorando varias posibilidades ociosas. Como la lluvia amenazaba con ser importante, rechazamos otras posibilidades más itinerantes y decidimos hacer  una visita a familia que tenemos en Málaga, lo cual me sirvió de perfecta excusa para abusar de la cálida acogida y buenrollismo de nuestros amigos de Lex Ludi Malacitana. Gracias a esta coordinación hemos podido pasar cuatro excelentes días de juegos, en tan buena compañía y disfrutando de la manera más óptima posible de un entorno lluvioso poco propicio para viajes o escapadas de otra índole.

Aprovechando la visita, los juegos que pudimos probar en su compañía (12) fueron:




1) TERRA EVOLUTION:
Este deck building lo había probado días antes con la robopilingui y la verdad es que nos gustó bastante. Es un sencillo juego, son of Dominion, en el que hemos de hacer evolucionar las especies que queramos en nuestro planeta. En tu turno, puedes bajar una carta de especie a algún continente de los de tu planeta, posteriormente bajar un continente, lanzar una catástrofe contra el continente de otro jugador y comprar una carta, bien de catástrofe, bien de especie. La moneda de cambio para nuestras acciones es la población que tenemos, que son cartas verdes que vamos bajando a nuestra zona de juego y que son gastadas bien cuando compramos una carta o bien cuando recibimos una vil catástrofe que lo primero que hace es destruir la población que tenemos acumulada, antes de cargarse el continente elegido. Es un juego quizá demasiado sencillo para jugones, pero al menos tiene la interacción tan necesaria en los deck buildings (pues es esa ausencia general de interacción la que hace que este tipo de juegos de construcción del mazo no guste a algunos jugones). En esta ocasión lo jugué con Juan y con Alfredo, en la sede de Lex Ludi Malacitana, y ganó éste, entre otras cosas, por estar todo el rato jodiéndonos Juan y yo olvidándonos de que el objetivo era ganar puntos de victoria... Del juego no se ha hablado por ningún lado, desgraciadamente, por lo que no he podido comprobar cómo era hasta que aproveché un pedido a Milan-Spiele y me lo compré por unos 10-11€.




2) RESIDENT EVIL:
Qué decir de este juego. Pues que siempre lo cito por aquí para que se oiga hablar de él, leñe, que nadie lo reseña (ah, sí, una vez lo hizo kikaytete)... Partidaza con Juan y Alfredo, de nuevo, en el que descubrí asombrado una faceta que desconocía de aquél: los lloros perennes...




3) ARCANA:
Juan nos puso este juego, que volví a jugar con gran expectación. Una pena lo caro que está, que si no me lo pillaba sin problemas.




4) STRONGHOLD:
El plato fuerte de mi visita a Málaga. Había quedado con Lethan en probarlo con él (aprovechando que ambos teníamos libre la mañana del viernes y no teníamos nada mejor que hacer), y nos llevó casi tres horas el testearlo, teniéndolo que dejar en el último turno porque se nos hacía tarde para comer. En el juego, uno hace de defensor de una fortaleza (yo en este caso) y el otro de atacante. En cada ronda de juego, el atacante comienza realizando acciones que consumen tiempo y que van preparando un asalto posterior, de tal modo que el tiempo empleado es pasado al defensor, que lo gasta a su vez para preveer la defensa frente a lo que el atacante está fraguando. Cuando ambos han realizado alternativamente una serie de acciones, llega la fase movimiento (en la que el atacante mueve sus tropas de orcos, goblins y trolls hacia los puntos estratégicos en torno a la fortaleza) y posteriormente la fase de asalto, en la que en orden jerárquico, las armas van disparando y se van produciendo bajas y/o destrozos en las infraestructuras. Si la ronda termina y el atacante no ha logrado penetrar en el castillo, comienza una nueva ronda en la que los preparativos vuelven a protagonizar las acciones de ambos. Si, por el contrario, el atacante logra penetrar en el castillo, se cuentan los puntos que han ido acumulando ambos contendientes a lo largo de la partida y en base a esa suma se determina el ganador (si hubiera un empate se realiza un último turno de desempate).

A mí me pareció una pequeña obra maestra cuando lo jugué, entre otras cosas porque la tensión que genera el juego es lo suficientemente emotiva como para mantenerte todo el rato expectante, pasando miedo (si eres defensor) o excitado por la posible rotura de las defensas (si eres atacante). Me dio la impresión de estar todo muy equilibrado y de que no se sabía quién ganaría hasta que no acabara todo. Sí es verdad que el atacante parece que tiene sólo una oportunidad de entrar, y que si lo hace y no tiene suficiente puntos acumulados ganará el defensor aunque no haya logrado impedir la penetración de las fuerzas del mal. Pero creo que esta dificultad y asimetría en las maneras de jugar es todo un aliciente que asegura la rejugabilidad y la sensación de reto que tiene el juego. Otra cosa buena, que a mí me encantó fue la constatación de que el juego es mucho más táctico que estratégico: en todo momento has de adaptar tus actuaciones a lo que haga el contrario, en respuesta a sus movimientos y al crecimiento de su aparataje. Por ejemplo, a este respecto, el defensor tiene pocas opciones que elegir en sus acciones, pero es muy relevante el orden en el que las ejecutará para lograr frenar los impulsos destructivos y debilitadores de su enemigo.

Es, por tanto, un juego diferente, tenso, original y muy divertido, que recomiendo probar si la premisa atrae y si se tiene la opción de jugarlo a dos jugadores (con la pareja, por ejemplo).




5) POLIS:
Justo después del juegaco anterior, comimos, y posteriormente Lethan me ofreció echar por fin un Polis y enseñármelo así él, que tanto lo ha jugado y que tan bien lo conoce. También lo habíamos planeado, por lo que la expectación era enorme. Me dio un poco de miedo, sin embargo, de que no me gustara, sobretodo después de haber jugado a algo que me había entusiasmado y sorprendido tanto. "Este te va a parecer una mierda", aseguró sonriendo, conocedor de mi fuerte faceta destroyer de estos últimos tiempos. Yo le dije, sencillamente: "Vamos a jugarlo", y me dejé llevar por la experiencia.

El resultado fue muy gratificante, porque me gustó tanto como el anterior. La clave creo que fue que se trataban de dos juegos muy diferentes, y por tanto no comparables. El Stronghold es más táctico y dinámico; este que nos ocupa, más sesudo, más analítico, más pausado. Le dije a Lethan que me diera la candela que él creyera conveniente pero que al mismo tiempo me dejara ver todas las mecánicas (vamos, que la partida durara más de media hora, jeje), porque la idea era aprender e interiorizar las reglas y poder así jugarlo posteriormente en casa con la robopilingui.

Él lo ha descrito muy bien en sus entradas al respecto: su reseña y su sección dedicada en su historia de los juegos. Sin profundizar en las reglas, me limitaré a relatar mis impresiones, como casi siempre. En el juego, has de realizar dos acciones en tu turno, alternativamente con tu rival, durante 4 rondas de juego (partida larga). Con esas acciones debes intentar conquistar territorios, gobernar diferentes polis, comerciar para conseguir recursos, recaudar otros recursos en tus regiones, construir galeras que te permitan transportar tropas por el mar, etc. Es un poco más euro de lo que me esperaba, pero eso es bueno, dada la tensión y cantidad de decisiones que debes tomar a lo largo de la partida. Como a mí me gusta definirlo, es de esos juegos en los que, cuando te llega el turno, te dices a ti mismo: "Bueno, ¿y ahora qué leches hago?". Y eso, para mí, es bueno, muy bueno. No se trata exactamente de resolver un puzzle, como ocurre en la mayoría de los euros que se publican continuamente (que generan un desgraciado solitario multijugador, eso que tan poco me gusta últimamente), si no de que, en respuesta a tus decisiones, se producen otras acciones de parte del bando contrario que pueden desmontar tu estrategia, por lo que esas decisiones a tomar van acompañadas de un riesgo considerable que a mí me satisface bastante. En parte, potencia la motivación intuitiva (otra cosa que también me gusta mucho), pero genera decisiones en las que hay que sopesar esos riesgos y segundas o terceras alternativas, que a su vez propicia un AP que para mi gusto es más llevadero y gratificante.

En fin, creo que es un juego a probar y valorar por uno mismo. Yo tenía miedo de que se hablara tanto y tan bien de él por el mero hecho de ser español y por el deseo de potenciar la industria española del juego de tablero (y ya sabéis lo poco políticamente que soy al respecto de estas cosas, y lo poco además que me preocupa), pero he podido comprobar por mí mismo que el juego es bueno y que merece mucho la pena. Esta vez los prejuicios han hecho que tardara en probarlo...

Y, bueno, respecto de esa polémica relativa al combate (lo de la retirada y quedarse en el mismo sitio, bloqueando), pues no sé. Yo la sufrí en mis propias carnes y me quedé un poco flipado, pero después de tres horas de partida asumí que no era esta una regla ni descompensadora ni determinante, y que, sencillamente, había que jugar aprovechando esa vicisitud y protegiéndose contra ella. A mí al menos ese tipo de combate no me desagradó.




6) SUMERIA:
Por la noche del viernes, Frank nos invitó a su local y fuimos varias personas, entre ellos muchos de Lex Ludi. Tuve la oportunidad por fin de jugar con Neiban, y precisamente a este juego que tanto habíamos retrasado involuntariamente. El juego ya lo conocéis. Lo único que resaltaré es que sin duda fue la partida más divertida que he echado a este juego (y lo he jugado con mucha gente), hasta el punto de convertir en apoteósica y casi épica la experiencia, por las risas, las voces, las segundas intenciones y la agresión verbal. Me alegro de haberla echado con este par de mamones y espero repetir no muy tarde partida con ellos a lo que sea.




7) INFILTRATION:
Tras ese juego, cambié de grupo y jugué con Eloy, Lethan, Frank, Montse y Juan a este jueguillo del que me esperaba lo peor (había leído alguna que otra impresión negativa por ahí, y además Juan lo vendía, lo cual no era muy buen augurio, sobretodo si acompañaba su oferta de la afirmación contundente de que el juego le gustaba). Resultó no ser tan malo (y ni siquiera un push your luck, como decían por ahí, o yo no entiendo entonces bien este concepto), y aunque al principio me quejé de que ninguna opción parecía válida salvo la obvia (lo cual me jode mucho en los juegos), me di cuenta después de que todo se debía a que había hecho un mal draft de cartas de objeto al principio de la partida, por desconocer el juego, y que eso probablemente cambiaría en la segunda vez que lo jugara. Pero aunque no me desagradó, y vislumbré su potencial ya en la segunda mitad, no creo que me haga con él porque no es exactamente mi tipo de juego.




8) CLASH OF THE GLADIATORS:
Este chorri-juego nos lo enseñó Neiban (que tras explicárnosl se iba a jugar a la mesa contigua a un Kingdom Builder por segunda vez, creo), y aunque la premisa era divertida, el caos que seguro que impregna el juego lo convierten en algo demasiado incontrolable como para que yo disfrute plenamente con él. La pena (o la suerte) es que no pudimos jugarlo porque los maderos nos insistieron en abandonar la actividad que estábamos realizando en el local, por lo que la fiesta se acabó y no pude terminar la partida. Alguien se dio cuenta de que en realidad la policía representaba a los vigilantes en Infiltration, lo cual aderezó ese final abrupto con una ironía exquisita...




9) DOBBLE:
Lethan nos enseñó este juego a Neiban y a mí (justo después del Sumeria) y la verdad es que me encantó. Muy parecido al Jungle Speed (mi filler favorito, creo), en él debemos fijarnos en las cartas circulares que el juego trae, para encontrar el objeto común que siempre hay en dos de ellas. Esto genera al menos dos reglas diferentes, que resultan bastante divertidas y estresantes. De nuevo, si no fuera tan extraordinariamente caro me haría con él. Maldita política de poner supercaro las cosas buenas... A ver si lo pillo en PnP por ahí.




10) GALACTIC EMPEROR:
El último día de mi estancia en Málaga, nos abrieron la sede de Lex Ludi y pudimos pasar allí nuestras últimas dos horas jugando a tres juegos. El primero fue este, que tenía muchas ganas de enseñar allí. Este Puerto Rico en el espacio (que sólo se parece en la mecánica ya tan manida de realizar la misma acción que el jugador en turno) creo que gustó bastante, aunque por alguna razón nos dejó a algunos la cabeza como un estropajo... Un gran juego que cada vez que jugamos, más nos gusta a la robopilingui y a mí.




11) VILLA PALLETI:
Un Jenga vitaminado que nos enseñó Lethan y que no me sorprendió nada, pero que resultó agradable de jugar. Yo ya acusaba signo de cansancio intelectual y no sé si lo disfruté en su justa medida por eso. Lo importante es que gracias a él nos reímos un rato.




12) DSCHUNKE:
Y este último juego sí que lo jugué con cara de amargamiento, por puro agotamiento lúdico. En Córdoba yo no logro jugar tanto y tan comprimido (aunque ese es mi deseo), y a estas alturas ya estaba echando la persiana, hasta el punto de que emergió un poco del lodazal el Troll que llevo dentro, y critiqué cosas que no me gustaban del juego. Pero a medida que avanzaba la partida me di cuenta de que no había jugado bien y que, de nuevo, había elegido mal las cartas de acción del principio. Lo bueno es que el juego tenía una puja secreta curiosa, y eso me satisfizo un poco. En definitiva: nada nuevo bajo el sol, aunque entretenido. Para probar una vez y a otra cosa.





El mismo sábado por la noche regresamos a casa, muy satisfechos en lo lúdico y en lo social, agradecidos de la efectiva acogida y habiendo jugado a muchas cosas nuevas esos 4 días. A destacar la finalmente posible partida con esa alma gemela de Neiban (él sabe por qué somos gemelos), así como los ratos de esparcimiento con otros miembros de esa excelente asociación malagueña.

Nos vemos pronto de nuevo (espero).

Lo siento, Lethan, me ha salido una entrada larga de cojones, como siempre. Debe ser que soy de los que piensan que más vale que sobre que no que falte...

11 comentarios:

  1. Muy buena entrada como siempre.

    nada de acuerdo en lo que dices del Dschunke, grandísimo juego con un poco de todo.

    No lo valores tan duramente si ya estabas con el modo zorruno puesto! Ja, ja

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    1. La verdad es que, jugado menos cansado y con otra actitud me hubiera gustado más. Pero después en casa, pensando en la partida, llegué a la conclusión de que tampoco es para tanto. Quizá tenía que haberlo descubierto mucho antes, y no tras haber probado tantos juegos y haber degenerado hacia la búsqueda de la originalidad en los juegos de mesa...

      Un saludo ;)

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  2. Tochacos always! :P

    Un placer tenerte por aquí, y sobre los juegos sólo decir que a mí el Villa Paletti sí que me parece una obra maestra que tiene mucha más historia de la que parece.

    El Dschunke para gustos colores; a mí me gusta, aunque no tenías tú la cabeza en esos momentos para ponerle nota a ningún juego xD

    Y ese Resident Evil no se escapa la próxima vez que nos veamos ¿eh? Que me tienes hypeado perdío.

    Un abrazo!

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    1. Ya te digo: el Resident Evil, de tanto hablar de él, te va a parecer la mierdaca más gorda que te han obligado a jugar en años... Tú verás si te atreves.

      A ver si repetimos visita, leñe, que ya echo de menos el ambientazo que tenéis allí, suertudos ;)

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  3. Vaya cómo te cundió!

    La verdad que sí que fue impactante comprobar que aunque en juegos tengamos gustos tan diferentes, despues seamos tan parecidos en otras cosas ;)

    Fue un rato cachondísimo el que echamos. Ya mismo consigo que el Cosmic te guste xDDD

    A ver cuando te das otro garbeo por aquí, crack!

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    1. Joder, si a mí me termina gustando el Cosmic Encounter, el universo implosionará inmediatamente estrujándonos las pelotas en su singularidad de 11 dimensiones de supercuerda cuántica...

      Me he puesto a sudar tan sólo de pensarlo.

      Un abrazo.

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  4. Madre mía! que cóctel de juegos! Qué envidia XD

    Tengo unas ganas terribles de probar Stronghold y Polis, y tu entrada no me ayuda en absoluto a disiparlas :D

    Al Resident Evil he jugado solo una vez y mal, me dejo un sabor agrio en la boca, debido a la pésima experiencia. Le tendré que dar otra oportunidad.

    Dobble es un gran juego, pero como bien dices, carísimo y los componentes pésimos, creo que no podían hacer las cartas mas finas.


    Saludos!!!!

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    1. Jajaja. Pues la verdad es que el RE o encanta o horripila a la gente que lo juega. Yo creo que la clave es ser fan del videojuego. Si no te va ese rollo, pensarás que es una mala copia del Dominion; si te gusta el videojuego, el juego de cartas te parecerá un deck building con por fin algo de tema y largo como merece esta mecánica. Así de simples somos en esto.

      Si tienes con quien jugar a Stronghold y Polis, te animo a comprarlos a ciegas. Yo soy muy exigente con la originalidad, y a mí me gustaron. A ver qué te parecen

      Un saludo ;)

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  5. Joder que pechá de juegos jugaste/probaste y encima con los de Lex Ludi que son to los que conozco majísimos.

    Me han entrado to las ganas de jugar al Polis ya que las tuve en su momento pero se me enfriaron. Este Lethan a ver si me lo enseña de una vez.

    El Dobble me pasa lo mismo que a ti, un buen juego con pésimo material que hace a uno pensarse el comprarselo o no.

    Un saludo Seldonita.

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  6. Va ganando puntos el Stronghold, esa asimetria para dos jugadores me llama mucho la atención. Y ahora vamos con el Polis, esa toma de decisiones y la gestión de recursos de la que habláis me está haciendo que me lo piense, necesito una partida.

    El dobble es un buen filler pero recientemente he descubierto el fantasma bliz y el diavolo y se quedan por detrás de estos.

    Gladiator me da a mi que tendrá demasiado caos y el Villa Paletti todo un clásico ^_^

    Un saludo

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  7. Usted duerme poco, verdad?

    ;-)

    Un abrazo!

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