lunes, 3 de junio de 2013

CLBSK 2013 (1 de 2)

Las pasadas CLBSK 2013 han sido las terceras para mí (consecutivamente) y las segundas para la robopilingui. Aunque siempre parezca que cada vez es mejor que la anterior, creo que esta sin embargo lo es seguro, porque la cantidad de gente que he conocido y la variedad de partidas que he echado creo que han sido lo más conspicuo de las tres ocasiones (y esperamos que sea superada por la próxima aventura de esta índole, como está mandado).

El marco ha sido incomparable, tan bueno como los anteriores, pero agradablemente familiar. La buena gente del Club Runa ya la conocíamos, y nos encantó que fuera en este albergue que usan, tan amplio y funcional. Yo para este tipo de cosas me fijo sólo en las cosas buenas, que fueron abundantes, y en lo tremendamente social de la actividad. Todo lo demás es superfluo.

Sin más dilación, he aquí los juegos:



1) SNOWDONIA:
Un agradable juego de colocación de trabajadores, en el que se compite por construir las vías del tren que atraviesa la región. Más sencillo de mecánicas de lo que imaginaba, pocas opciones pero muchas estrategias para sacar puntos. Eso sí, los trenes no sirvieron de mucho (quizá es que no se exprimieron lo suficiente en esta partida). Un buen juego que a mí al menos me echa para atrás por tema pero que merece mucho la pena.



2) ARCHIPELAGO:
Acto seguido, jugué este euro puro que nos enseñaba Cartesius. Se trata de un gestor de puntos de acción, con tablero modular y objetivos tanto públicos como secretos. Se compite por construir edificios, extraer los recursos de las regiones, ocupar las mismas (extendiéndonos por el ancho y largo del archipiélago a colonizar). Algo de puteo, mucho de gestión, exploración (algo aleatoria, por cierto) son elementos adicionales que conforman un sesudo euro correcto y entretenido. No es de los míos, pero funciona muy bien (y habrá por tanto mucha gente que lo disfrute en su justa medida).



3) RIALTO:
Tras el Archipelago, Cartesius tuvo la osadía de leerse el reglamento sobre la marcha de este juego y pudimos meterle mano en poco tiempo (y creo que no cometimos ningún error, y si lo hicimos, fue minúsculo). Yo andaba un poco preocupado porque los últimos juegos de Feld me están decepcionando un poco (salvo los que son interactivos, que afortunadamente aún diseña este hombre), pero me habían advertido de que se parecía bastante a San Marco y que incluso lo mejoraba, por lo que mi predisposición era buena. Para mi sorpresa, el juego funciona muy bien y me resultó interesante, pleno de decisiones a tomar y divertido. Es de peso medio, agradable de jugar, con bastante regusto al juego citado, pero lo suficientemente diferente como para poder coexistir ambos en la misma ludoteca (aunque con una sola partida no sabría decir cuál de los dos es mejor, si es que tiene sentido plantear algo así).

En él, en cada ronda se sacan una serie de cartas de acción que se dividen en tantos montones como jugadores más uno, y se va eligiendo uno de los montones por orden de turno (o por turno inverso, ya no recuerdo). Luego se roban cartas del mismo mazo de acción, al azar, y se suceden una serie de fases en cada una de las cuales se van ejecutando las cartas correspondientes a esa fase, jugador tras jugador, ganando un bono el que más cartas de cada tipo haya jugado. Todas esas cartas jugadas (acciones) van generando la colocación poco a poco de marcadores de nuestro color en las diferentes áreas coloreadas del juego (barrios), los cuales generarán puntos por mayorías en determinado momento de la partida (se van puntuando las regiones secuencialmente, una cada ronda).

He de decir que el juego me ha gustado bastante, y que si no me lo compro es porque tengo ya demasiados juegos, y no tiene sentido adquirir otro Feld cuando casi todo el mundo a mi alrededor lo tiene. Mejor me dedico a los juegos raros, como es costumbre en mí.



4) ONE MORE BARREL:
El plato fuerte del sábado fue para mí este estreno propio, que llevaba muy poco tiempo en mi colección (lo compré en una oferta de Masqueoca dos semanas escasas previas al evento) y que al ser un juego tan raro aproveché la oportunidad para enseñárselo a gente igualmente... maja.

La premisa del juego es brutal: los jugadores son un conjunto de países que se han puesto de acuerdo para afirmar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y tener así el derecho moral de invadirlo con sus tropas con el fin encubierto de apoderarse de su petróleo y venderlo a buen precio al resto del mundo (cuando leí sobre él hace tiempo entró de cabeza en mi wishlist, ya que es carne de la que satisface mi apetito lúdico más insano).

El juego representa la conquista y ocupación de las diferentes provincias del país, el combate con sus tropas locales y el posterior desarrollo del aparataje pretrolífero, empleando para ello como principal mecánica la colocación de trabajadores. Las acciones que se pueden realizar pasan por: crear y mover tropas; construir refinerías, acueductos, comisarías, etc; cobrar impuestos; invertir en mejorar la opinión pública a través del control de los medios de comunicación; vender petróleo al precio actual de mercado, etc. El objetivo último es, como no, económico: acumular el máximo de petróleo y vendrlo en el momento de mayor subida de precio del mismo. Gana, pues, el que más dinero haya acumulado al final del juego.

Durante la partida nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo mal y los precios del petróleo no paraban de bajar, cuando en teoría debían incrementarse. Detectamos el error en una regla mal aplicada, pero ya era demasiado tarde para restablecer el sentido a aquello y terminamos la partida con una victoria bastante abstracta para lo temático que supuestamente es el juego. Las impresiones fueron variadas en los diferentes jugadores, y como consecuencia quiero volver a jugarlo (con la regla bien aplicada desde el principio) para comprobar si el juego funciona tal y como yo creo o no (lo cual sería una pena, dada la satírica de la premisa). Con las FAQs y comentarios ya leídos y asimilados, estamos listos para una segunda invasión...



5) SUBURBIA:
El siguiente juego de esa noche fue este jueguito tan hypeado cuando salió en Essen y del cual se dejó de hablar casi de golpe. Cuando me lo enseñaron me pude hacer una idea del por qué de ese desinflamiento: el juego es prácticamente un Carcasonne (ligeramente vitaminado) en el cual en tu turno eliges una loseta del mercado, la pagas, la colocas en tu ciudad en una ubicación elegida por ti, cobras unos réditos inmediatos (y después los periódicos), y se acabó. Y así hasta que se acaba el juego. Puede que a mucha gente le resulte muy divertido (como luego me aseguraron cuando comenté mi decepción, como si uno no pudiera lamentarse de haberse decepcionado con un juego), pero a mí me resultó demasiado simplón y un mero pasaratos. No digo que sea malo, por supuesto, si no que las decisiones que implicaba no satisfacen mis necesidades actuales a nivel lúdico, eso es todo. Sin embargo, seguro que a muchas personas les encanta. Yo en todo caso no me arrepiento de haberlo jugado, por si sirve de algo.



Y hasta aquí la mitad de la crónica. En unos días, el glorioso resto.

2 comentarios:

  1. Snowdonia: este mola. A mí me gusta bastante, y tengo ya pedida la expansión con los recorridos nuevos, que tiene que estar bastante bien. No me extraña que te gustara, aunque el tema te eche para atrás.

    Archipelago: bastante raro a primera vista, pero cuando le echas la segunda partida le ves todo el potencial.

    Rialto: otro en el que coincidimos.

    One more barrel: tío, trae este la próxima vez que bajes por Málaga, que la curiosidad me mata.

    Suburbia: a mí si me gusta. Es sencillote, no lo niego, pero tiene su puntito.

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    1. El One More Barrel quiero jugarlo con vosotros, efectivamente, a ver si le sacamos todo el jugo. No obstante, aunque funcione esta vez, he de advertirte que es un juego rarete, y durante la partida lo notas. Se parece a pocas cosas, y a la vez te suenan sus mecánicas. Pero original sí te da la impresión de que es, aunque sea globalmente.

      Nos vemos ;)

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